Imagen inquietante: gente de rodillas, en plena calle, en piadosa oración y penitencia, pidiendo perdón ajeno con pecado prestado. Junto a ellos unos carteles con leyendas como “la blasfemia no es libertad de expresión”. Y no, no se trata de una escena del medioevo en uno de los tribunales de la Santa Inquisición. Se trata …






