El cántico a la voz del carnaval sonó al pie de la iglesia de Baños, en Tungurahua. Javier Alulema, quiteño de 48 años, se animó a bailar junto a su familia y con espuma de carnaval jugaba con los transeúntes. Un grupo de música folclórica amenizó la jornada. “No hay habitaciones”, era la leyenda que …











