En la familia de Piedad Segarra se podía afirmar dos cosas: que amaba el Carnaval y que amaba cocinar y compartir sus preparaciones. Desde el motepata hasta la fritada, pasando por la fanesca, eran algunos de los platos fuertes de una mujer que, en 1975, sin saber, estaba por cambiar la gastronomía cuencana. En aquel …











