Lo que se busca es un intercambio de reflexiones con libertad, porque en el mundo de hoy, existen preocupaciones comunes relacionadas con la ética. Hay que releerlo sobre las siete trompetas…y el multiplicador de los depósitos nucleares incontrolados e incontrolables, y las lluvias acidas, y los bosques del Amazonas que desaparecen, y el agujero de ozono y las migraciones de hordas de desheredados que acuden a llamar a las puertas del bienestar, y el hambre de millones de seres en todo el mundo y las incurables modificaciones del clima, suelo, así como los glaciares que se deshielan, y la ingeniería genética que construirá nuestros replicantes, y según el ecologismo místico el necesario suicidio de la humanidad entera…gracias al crepúsculo de las ideologías de un consumismo irresponsable.
Este intercambio de reflexiones sobre el fin, que estimule nuestra atención, tanto hacia el futuro como al pasado, para que este fin, sea “un fin”, que tenga un carácter, de un valor decisivo, sabiendo que es posible corregir y mejorar; es decir lo que implica es el sentido de la vida, la división en lo que está bien y lo que está mal. El comportamiento de una sociedad no se mide por un esquema de conceptos, sino por la voluntad de su orientación y rectitud del ser humano, no puede existir un bien a priori, porque no hay ninguna conciencia infinita y perfecta. En este mundo el hombre produce, transforma, manipula y puede ser removida por la voluntad del poder, la ética, en cambio se mueve en horizonte de libertad y atiende a la realización de un fin. Pero aquello no quiere decir que resulte concebible que en un futuro llegue a decretarse que lo mejor es ser desleal, deshonestos o irresponsables calumniadores, que yo la pude sentir, y comprobar. (O)