Virgen de las Aguas

Treinta años de lucha por la defensa del agua y los páramos han sostenido los pobladores de las comunidades aledañas a las zonas de recarga hídrica que alimentan ríos, lagunas, cascadas y desde donde tomamos el agua todos los pobladores de Cuenca. Treinta años cuidándola de la ciega codicia de las empresas mineras y de la insensatez de gobiernos que sin vergüenza alguna y haciendo gala de una crasa ignorancia siguen manipulando leyes e irrespetando principios fundamentales en una democracia como es el mandato popular. Treinta años que han expuesto su propia vida sin importar la soledad de su lucha, la persecución y criminalización sufrida; tampoco la indolencia de las autoridades locales y el alejamiento de los sectores urbanos que no supimos estar a la altura de las circunstancias y sumarnos a esa voz altiva que con toda dignidad y autoridad moral han dicho: “La defensa del agua es la defensa de la vida”. Treinta años de pensar en el bienestar y en la vida toda la comunidad cuencana y azuaya. Sin duda alguna, su lucha nos impulsó para que nos pronunciemos como colectividad y digamos de manera contundente: ¡No a la minería!  Que la Virgen de las Aguas que será entronizada como “Cuidadora de la Casa común”, este sábado en Kimsakocha, por el Obispo Auxiliar de Cuenca, fortalezca nuestro espíritu comunitario. (O)

Lcda. Ana Abad

Periodista, editora y correctora de estilo; es parte del grupo editorial Quillca editores. Ha publicado investigaciones sobre cultura popular y artesanías. Es directora de contenidos del Portal Digital Voces Azuayas.

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