El tiempo es el mejor juez. Luego de tantos años en el poder y de ser una aplanadora política, Alianza País, hoy Revolución Ciudadana, se desmiembra de a poco. Antes los políticos se peleaban por afiliarse y llegar a un cargo público; ahora hacen fila para desafiliarse o marcar distancia de esa organización que se hunde con el paso de los años.
Voy a resumir lo más que pueda el cataclismo de este partido, pero lo actual, porque contar todo tomaría una serie completa. En las últimas tres elecciones no les fue bien, y en la última, peor todavía. Perdieron contra Guillermo Lasso y dos veces contra Daniel Noboa. La paliza electoral de hace pocos meses dejó un mensaje claro: la gente ya no conecta con sus líderes locales. El cabecilla está fuera del país y los dirige a control remoto. Ese distanciamiento con la ciudadanía hoy les pasa factura.
El último hecho es aberrante. Un asambleísta servil a la Revolución Ciudadana fue denunciado por presunta violación a una menor de 12 años. El mismo sujeto que había pedido que mantener relaciones sexuales desde los 14 no tenga consecuencias. Que si es de mutuo acuerdo, que gocen del libre albedrío. Solo se me ocurre una palabra: enfermo.
Otra más. El pito entre Luisa González y Jhajaira Urresta. La asambleísta hizo pública su desafiliación a la secta porque, aparentemente, Luisa la habría llamado “tuerta de mierd…”. Una burla ruin por la mutilación de su ojo durante los enfrentamientos de 2019. Y claro, no podía faltar el comentario ácido del loquito del ático despotricando contra su ex coidearia. Como ya es costumbre, ha mandado a la punta del cuerno a todos los que se le barajan del movimiento. Un movimiento que, todo indica, ha entrado en su ocaso.
Y aguante. Hace pocas horas, el tan cuestionado Daniel Salcedo empezó a cantar. En resumen, dijo que el dinero trucho que obtenía mediante el sistema de compras públicas lo entregaba a Xavier Jordán para financiar las campañas de la Revolución Ciudadana. Ya pues, si con eso no se convencen de que ese partido ha estado financiado por personajes de dudosa procedencia, no sé qué más necesitan. Como dije al inicio: el tiempo se ha encargado de transparentarlo todo.
Por eso me sigo cuestionando a quiénes ponemos en el poder. Carambas, en lugar de trabajar por la gente, se enfocan en zamparse millones y afectar al país. Vean, si son políticos y quieren ser millonarios, vivir como narcos, en mansiones, yates o carros de alta gama, dedíquense a otra cosa, pero no se claven el dinero de los ecuatorianos. ¡Hasta la victoria siempre, compañeritos! Los de las manos limpias… (O)