Desde que existen los sistemas informáticos y más con el desarrollo de los mismos, los humanos nos hemos convertido y no por voluntad en sus cuasi vasallos, pues nada –o casi nada- se puede hacer por fuera de ellos, condenándonos muchas veces a padecer situaciones incómodas, injustas, dramáticas, cuando no extremas.
Si el sistema se “cae” nada se puede hacer, no podemos reclamar, no sirve de nada, no nos queda más que resignarnos hasta que los humanos que lo manejan lo reestablezcan.
Ya no son sólo una útil e importante herramienta, ni siquiera solo LA herramienta, lo son todo –o casi todo-, en todos los ámbitos.
Un ejemplo en nuestra urbe que retrata la obligada sumisión:
La página web de la Cooperativa CREA en liquidación, no permite a los depositantes acceder a la información para conocer a que institución financiera deben acudir para recuperar su dinero, con el número de cédula redirigen a la del COSEDE, aparece un código de seguridad y al ingresarlo reporta que es incorrecto, fin del proceso.
Alguien dirá que se debe tener paciencia, pues seguro es un fallo en el sistema.
Mientras, a seguir padeciendo los vasallos, en este y en todos los casos en los que nos han condenado a depender indefectiblemente de los sistemas informáticos. (O)