
Un grupo de investigadores, liderado por la docente Daniela Celi Lalama de la Escuela de Fisioterapia de la Universidad Internacional del Ecuador, analizó si aplicar calor o frío a temperaturas extremas por algunos segundos en la mano y el pie del lado afectado por un derrame cerebral puede ayudar a mejorar la recuperación de los pacientes. Para ello, revisaron diversos estudios científicos en los que se combinó esta técnica, conocida como «estimulación térmica», con la terapia de rehabilitación convencional.
Los resultados mostraron que, al aplicar este método junto con la terapia tradicional, las personas lograban mejores avances en el movimiento, la capacidad para caminar y el funcionamiento general del cuerpo. Estos hallazgos confirman que existen diferentes herramientas útiles en la neurorrehabilitación. La estimulación térmica, combinada con un enfoque funcional, se presenta como una alternativa eficaz, económica y fácil de aplicar. Este tipo de investigaciones fortalece los procesos de atención en salud y promueve una rehabilitación basada en evidencia científica. (O)