Canto, entre arte y acción

Hoy, les escribo desde una nueva, pero muy común, experiencia, el canto. Las ondas sonoras viajan a nuestros tímpanos todo el tiempo, pero con las melodías añadidas, tenemos música por todo lado.

Conduciendo a solas un vehículo, alguna emisora radial nos acompaña a la escuela o al trabajo en un momento que, según nuestro parecer, estamos solos, pero las canciones marcan los segundos, transportan algún recuerdo, nos hacen sonreír, y a veces suspirar.

Cantar, puede verse como mera acción de emitir sonidos gracias a la voz humana o animal. Esos sonidos pueden llevar tonalidades diversas, agudas y graves.

Se dice que es un efecto controlado cuando se trata de la voz humana; y natural, cuando proviene de animales. Entonces me pregunto, ¿Y los sonidos infantiles? Al balbuceo de los bebés, lo tomamos como experimentación de los efectos de sus pulmones, pero también sería canto natural, pues son poco o nada controlados.

Sin embargo, esa acción posee el poder de calar nuestro cerebro guardando en la memoria aquella pequeña voz. Como acción, se trata de algo espontáneo y, aun así, llama a nuestros sentidos, despierta el gusto y aprecio por cualquier canto agradable.

Pero el canto trasciende. Después de la acción, emana ánimos, sonidos hechos melodía, emociones afinadas, versos en música. Entonces, se vuelve arte. Y una vez arte, en un lenguaje universal.

Y es que “canto” tiene tantas formas de existir: la composición lírica, el poema, una exaltación a alguien o algo, la parte de una pieza musical, los cánticos de libros sagrados, el canto gregoriano, el canto de las sirenas, el arte de cantar.

Hacer arte del canto, es transformar la habilidad mediante creatividad y esmero por entregar algo bello. Bendecidos los cuencanos que de por sí ya cantamos, por simple acción. Pero hago una mención especial a Martu, cantante cuencana, quien genera maravillas con su voz y las comparte con el público y pupilos.

Sabe bien de la acción de transformar las vibraciones vocales en melodías artísticas. Esta semana, produjo un recital de canto con voces infantojuveniles recordándonos: “tu voz es tu magia, compártela con el mundo.” Y así, entre magia, fantasía y realidad, vimos a pequeños cantantes, quienes, gracias a ella, pasaron de la acción al arte de cantar, y pronto, al teatro musical. (O)

Lcda. Estefanía Chalco

Magister en Gestión Cultural, Licenciada en Estudios Internacionales y Comercio Exterior. Ha ejercido funciones en el sector público y privado ante organismos internacionales. Gestora de proyectos sociales.

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