Construir el mañana

David G. Samaniego T.

La página editorial de un Diario nacional, no siempre es leída por menores de veinte años. Muchas causas, que ustedes bien las conocen, hacen que los análisis de problemas y la búsqueda de sus causas y posibles soluciones no sean digeribles para ellos. Todo esto para decirles que la búsqueda de soluciones a todo aquello que los mayores identificamos como problemas no existe, no está en su agenda.

Injusto dejar de mencionar a un grupo considerable de familias que vive apegado a códigos ancestrales de respeto al ser humano y de compromiso con la sociedad. Tenemos agrupaciones, por suerte, que trabajan pensando en el futuro, analizando las causas y efectos, preparando a los adultos de mañana para que puedan capear tormentas y sembrar optimismo en la sociedad.

Sin embargo, cada día crece más el pelotón de jóvenes y adultos desorientados que tienen una sola preocupación: hacerse de bienes materiales, en especial de dinero, a cualquier costo. La finalidad, es decir el para qué, es importante avizorarla y correr tras ella. 

Existe un grupo de jóvenes de quince, dieciséis y algo más de años que encontraron un modo de disfrutar de la vida, sin importar que su comportamiento rompa leyes y reglamentos. Hallándose los jóvenes en la adolescencia y primera juventud, carentes de valores que preserven la convivencia armónica y ajustada a normas y principios morales, dan rienda suelta a sus requerimientos biológicos, ajenos a la observancia de cánones de buen comportamiento dentro y fuera de la sociedad. Tener dinero y disfrutar de la vida se vuelven imperativos. ¿Cómo conseguirlos? Eso no importa: lo más rápido y con la menor fatiga, es la consigna. ¿Los medios? Todo sirve: la propiedad ajena, incluida la vida, sirven para el fin.

Ecuador vive circunstancias inéditas. Crímenes siempre hubo en la humanidad como deterioro de relaciones familiares o políticas, pero nunca tuvimos al crimen como medio idóneo para hacerse, sistemáticamente, de una fortuna. La degradación de una escala de valores ya no es novedad.

La represión a estos anómalos comportamientos debe existir, es una imperiosa necesidad; sin embrago si no se trabaja  oportuna y adecuadamente, con programas bien pensados para educar y también reeducar a este sector de la patria, el mal seguirá el crecimiento vertiginoso de los últimos meses. Una vez más: Dios salve al Ecuador con el concurso de todos nosotros. (O)

Dr. David Samaniego

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Fundador de Ecomundo, Ecotec y Universidad Espíritu Santo en Guayaquil. Exprofesor del Liceo Naval y Universidad Laica (Guayaquil), Rector del colegio Spellman (Quito) y del colegio Cristóbal Colón (Guayaquil).

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