La página editorial de un Diario nacional, no siempre es leída por menores de veinte años. Muchas causas, que ustedes bien las conocen, hacen que los análisis de problemas y la búsqueda de sus causas y posibles soluciones no sean digeribles para ellos. Todo esto para decirles que la búsqueda de soluciones a todo aquello que los mayores identificamos como problemas no existe, no está en su agenda.
Injusto dejar de mencionar a un grupo considerable de familias que vive apegado a códigos ancestrales de respeto al ser humano y de compromiso con la sociedad. Tenemos agrupaciones, por suerte, que trabajan pensando en el futuro, analizando las causas y efectos, preparando a los adultos de mañana para que puedan capear tormentas y sembrar optimismo en la sociedad.
Sin embargo, cada día crece más el pelotón de jóvenes y adultos desorientados que tienen una sola preocupación: hacerse de bienes materiales, en especial de dinero, a cualquier costo. La finalidad, es decir el para qué, es importante avizorarla y correr tras ella.
Existe un grupo de jóvenes de quince, dieciséis y algo más de años que encontraron un modo de disfrutar de la vida, sin importar que su comportamiento rompa leyes y reglamentos. Hallándose los jóvenes en la adolescencia y primera juventud, carentes de valores que preserven la convivencia armónica y ajustada a normas y principios morales, dan rienda suelta a sus requerimientos biológicos, ajenos a la observancia de cánones de buen comportamiento dentro y fuera de la sociedad. Tener dinero y disfrutar de la vida se vuelven imperativos. ¿Cómo conseguirlos? Eso no importa: lo más rápido y con la menor fatiga, es la consigna. ¿Los medios? Todo sirve: la propiedad ajena, incluida la vida, sirven para el fin.
Ecuador vive circunstancias inéditas. Crímenes siempre hubo en la humanidad como deterioro de relaciones familiares o políticas, pero nunca tuvimos al crimen como medio idóneo para hacerse, sistemáticamente, de una fortuna. La degradación de una escala de valores ya no es novedad.
La represión a estos anómalos comportamientos debe existir, es una imperiosa necesidad; sin embrago si no se trabaja oportuna y adecuadamente, con programas bien pensados para educar y también reeducar a este sector de la patria, el mal seguirá el crecimiento vertiginoso de los últimos meses. Una vez más: Dios salve al Ecuador con el concurso de todos nosotros. (O)