Hace 17 años conocí a beneficiarios de la Sociedad de No Videntes del Azuay, quienes presentaron una obra de teatro en su salón situado por el sector de Las Herrerías. Fue una hermosa obra, cómica y de reflexión. Valoramos los detalles que parecen simples a la vista, fáciles de hacer cuando contamos con todos los elementos para ejecutar algo, y nuestra visión nos agilita el proceso de aprendizaje, memorizar guiones, y ubicarnos en el escenario. En ellos hay un desarrollo intuitivo avanzado, y los otros sentidos nos superan, por decirlo de alguna manera, en funcionalidad. El tacto capta sensaciones profundas. Reconocen a la persona que entra por la puerta según la fuerza de sus pisadas que hacen crujir al piso de madera y es Pepito, o vibra silenciosamente si es Andrea.
¿Puede haber silencio en la vibración? Creo que sí, pues la misma no siempre es cimbreante como cuando se sacuden los vidrios y escuchamos la previa de un temblor. A veces vibra el alma, palpitan las venas, y a pesar del mutismo del organismo, la sensación gana y las reacciones afloran. Esto pasó con Andrea. Un tenor italiano de música clásica. Participó en varias óperas a pesar de su ceguera, muchas de ellas, del gran Giacomo Puccini, como La Bohéme y Tosca. Andrea Bocelli es un músico reconocido por su amplia carrera en el canto, grabaciones discográficas y conciertos individuales y compartidos con artistas de todo el mundo. El último que pude presenciar fue junto a la Orquesta Filarmónica y el Coro Ópera de Orlando. El director de la orquesta, generó un vínculo casi imperceptible para comunicarse con el cantante. Recuerde, Bocelli no puede ver con sus ojos a la batuta, la siente.
En él, los compases bailan con su mano sutilmente empuñada en la que el pulgar destaca. La mueve de arriba hacia abajo para interiorizar el término o la fuerza de una frase musical. Bocelli percibe el movimiento del cuerpo del director y escucha su respiración, a pesar de tanto público y músico instrumentista a su alrededor. Así consigue con su micrófono, técnica y emoción, un ensamble perfecto de tiempos y melodías. Nessun dorma, Nadie duerma, mientras se anticipa la esperanza y la victoria del amor. Este es el aria con el que cierra su show. Cierre sus ojos y escuche esta canción. Nadie duerma, es vibrar sin mirar. (O)