Las siembras en la memoria

Con el “cordonazo de San Francisco” del cuatro de octubre, “Divina tempestad”, como que se inicia el año productivo en la ruralidad regional, aguacero que ratifica una temporada de lluvias con truenos y relámpagos que ponen fin a los calurosos días de agosto y septiembre de las últimas cosechas, de los rastrojos, pájaros y vientos, de vacaciones, niños y cometas, para dar paso al periodo de siembras de la chacra, despensa escalonada de productos frescos para el sustento diario a lo largo del año agrícola.

Este temporal de lluvias que antecede y acompaña a las siembras, caracterizado por puntuales tempestades bautizadas, por la sabiduría popular, de acuerdo al santoral como, el “alfanjazo” del 29 de septiembre recordando a San Miguel Arcángel, o tempestad de la Virgen del Rosario si llueve el primer domingo de octubre, y el famoso “cordonazo de San Francisco” como cuenta María Rosa Crespo en “Espíritu y magia de Cuenca” recordándonos al paso que, en sociedades de profundas raíces agrarias como la nuestra, el año comienza con esta temporada de lluvias y termina con las últimas cosechas de agosto, tiempos especiales en la cotidianidad campesina regional marcada por el periodo vacacional escolar y el regreso a las aulas de los primeros días de octubre después de vivir, ayudar y disfrutar las cosechas. Tiempos especiales que avivan la imaginación y los propósitos, como eso de graficar mentalmente al Santo de Asís castigando con su cordón a las nubes hasta que suelten el agua transformada en grandes lluvias, unas más otras menos, pero lluvia al fin que definen el caudal de los ríos y el paisaje de texturas, colores y sonoridad de nuestro medio ambiente natural.

Tiempos especiales estos, de cosechas, vacaciones y siembras, que avivan la imaginación y la creatividad, perennizadas en fantasiosas crónicas orales, trovas populares, lúcidas páginas de nuestra narrativa y significativas colecciones pictóricas, como las series cosechas y siembras, del maestro Emilio Lozano, a quien acompañé, por la década del 70, tomando notas para sus cuadros por las cementeras de El Valle, Turi y Yanuncay, cuadros que hoy forman parte del fondo patrimonial del Museo “Remigio Crespo Toral”, fiel testimonio de una época, de gentes, usos y costumbres que, afianzando nuestra identidad, enriquecen el imaginario colectivo. (O)

Dr. Tito Astudillo

Médico, docente y periodista. Fue miembro titular, vocal de Directorio y Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo del Azuay. Exdocente de primaria, secundaria y educación superior.

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