Curiquingues, mito y ritual

La Danza de los curiquingues, infaltable en la fiesta rural, mientras más íntima más rica en simbología, mientras más simple más profunda en el discurso y llamado a la sensibilidad porque recrea una tradición atávica ligada a la Cosmovisión Andina, graficando usanzas de una sabiduría agraria ancestral que persiste en la preparación de la tierra, selección de las semillas, siembras y cosechas, en interacción puntual con la biodiversidad y los fenómenos ambientales en los que, las comunidades andinas, cifran el éxito del ciclo agrícola.

El Curiquingue, ave andina de elegante presencia, de color negro con el pecho y su prominente pico blancos, de andar ligero y a saltos como en cortos vuelos cuando está en faena de cazar insectos y recoger gusanos después de la lluvia o en los surcos del arado en las siembras, actividades beneficiosas para la germinación de los sembríos. Sus vuelos cortos y su andar ligero, erguido y a saltos han sido recreados en la Danza de los curiquingues, que Manuel Muñoz Cueva relata en “Una fiesta en Bartolomé”, un clásico de la narrativa morlaca, y que Emilio Lozano tarareaba tomando apuntes para sus cuadros costumbristas australes. El Curiquingue habita en los cerros especialmente en las entradas de los páramos, reunidos sobre imponentes rocas, santuarios de los curiquingues, es solemne verlos entre neblina y garúa, como los hemos visto en el Bosque Protector Aguarongo y en Puculcay en los altos de Pucará. Esta Danza, de nativa e íntima de las comunidades ancestrales, se ha vuelto muy popular y recreada por grupos folclóricos institucionales y comunales, danza especial y sugerente cuando nos acercamos, con los ojos y la sensibilidad abiertos, a las fiestas de muchas comunidades rurales.

La Danza de los curiquingues, rescata una tradición festiva de las culturas autóctonas que veían en estas aves una especie de mediadoras con sus deidades protectoras de las siembras y las cosechas y, en consonancia, las veneraban como Anunciadores de las lluvias, Mensajeros de los dioses, Guardianes de los páramos, Agoreros de buenas cosechas. “Ave sagrada” en la tradición incásica, “ave de oro de los incas” como menciona el Inca Garcilaso de la Vega en sus crónicas. (O)

Dr. Tito Astudillo

Dr. Tito Astudillo

Médico, docente y periodista. Fue miembro titular, vocal de Directorio y Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, Núcleo del Azuay. Exdocente de primaria, secundaria y educación superior.
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