El cambio hacia los pagos en tiempo real está en pleno apogeo. En mercados, donde los sistemas de pagos tradicionales son más maduros, el crecimiento de los sistemas electrónicos de pagos, que permite transferir dinero entre cuentas bancarias de forma no inmediata, están desacelerándose a favor de los pagos inmediatos. La nueva generación de pagos no se trata solo de cómo se paga sino de qué se sabe al pagar: detección de fraudes en tiempo real, personalización de ofertas, optimización de costos.

La apertura de datos bancarios, la interoperabilidad de cuentas y la regulación de plataformas de pagos están emergiendo como herramientas de innovación. Los bancos centrales están impulsando marcos regulatorios que permiten interfaces de programación de aplicaciones, apertura de datos y ecosistemas mas abiertos.

El avance de la digitalización de los pagos también tiene un fuerte componente social: reducción del efectivo, acceso a servicios financieros para poblaciones no bancarizadas. Ecuador tiene todavía un grado de bancarización menor que mercados maduros, lo que representa una oportunidad para avanzar en la inclusión financiera. Pero requiere la modernización de su infraestructura, el aumento de la competencia Fintech además de simplificar el marco regulatorio y lograr la interoperabilidad real.

En Ecuador, las billeteras móviles y las transferencias digitales instantáneas están ganando fuerza frente a las tarjetas. Aunque todavía es una tendencia emergente, los pagos que integran criterios de sostenibilidad (financiamiento de energías limpias, mecanismos de trazabilidad financiera) comienzan a ganar relevancia. Las instituciones que la incorporan en su propuesta de valor de pagos tendrán ventaja competitiva. (O)