Navidad llega, el alborozo y la alegría invaden al mundo entero y nuestra sociedad no está exenta, ciudades y pueblos, de todos los credos y fes, suman al regocijo que significa el recordar una fecha extraordinaria, con motivo del natalicio del niño Jesús. Cuenca tiene un patrimonio de vida y fe, como es la gran pasada del Niño Viajero, que fue calificada como el QUINTO RIO. Hecho marcado por historia, por cuencanerias, por amor, por religiosidad y por identidad morlaca, que ha regado en el mundo sus policromáticos motivos, carros alegóricos, animales, frutos, pan, chicha, música y sobre todo el regocijo de miles de participantes en el mayor acto de fe y con vestimenta de folclore, de aquel Niñito cubierto del cariño de una verdadera multitud que, año a año, sigue manteniendo esta extraordinaria procesión que exhibe al Rey de la Cristiandad, llegado humilde y humanado a practicar y enseñar la instrucción del Padre, el amor y el perdón.   

Un año de preparación, el Niñito bien ataviado y su rostro de alegría nos instruye que quiere sembrar amor. Miles de personas aportan para elegantear la fiesta del nacimiento del Salvador, priostes de los cuatro puntos cardinales, de todos los estratos sociales y al unísono, villancicos, alquiler de indumentarias, planificación de autoridades religiosas, civiles, militares y pueblo en general.

Mencioné al calificativo de “QUINTO RIO”, nominación cuyo autor fue un poeta e intelectual de fina expresión, como el Dr. Arturo Cuesta Heredia. Es importante mencionar el nombre del Dr. Simón Valdivieso V, que, en calidad de distinguido articulista en El Mercurio, ya el año 2006, cuando había partido al mundo de la luz el Vate, llevando su humildad, su poesía y su imagen de fino Amigo y simultáneamente compartiendo con sus lectores, al referirse a las finas citas con el Bardo y sus contertulios, dijo: “El quinto río de Cuenca, es el río de colores del Pase del Niño, que se realiza en nuestra ciudad el 24 de diciembre de cada año”.

Que prime la fe cristiana y no el materialismo reinante en el mundo.  Que los valores y el amor, sean protagonistas de esta festividad, que en el caso de Cuenca es un gran atractivo para nacionales y extranjeros, en una ciudad convertida en capital turística del país, por la frecuente y gigante presencia de visitantes.  Feliz Navidad a mis queridos Lectores. (O)