En Cuenca las mujeres tienen mayor obesidad que los hombres

En Cuenca, la obesidad afecta más a mujeres y zonas rurales, lo que revela desigualdades y urgencia en prevención, según un reciente estudio local.

En Cuenca, las mujeres presentan mayores niveles de obesidad que los hombres. Esta condición es más frecuente en parroquias rurales como Tarqui y Molleturo, y en urbanas como Totoracocha y San Sebastián.

Por el contrario, las parroquias con menor prevalencia de obesidad, según el método Obesity Degree, son Llacao y Victoria del Portete en el área rural, y Huayna Cápac y Sucre en la zona urbana.

Estos datos provienen del estudio “Perfil Epidemiológico de la Obesidad en el Cantón Cuenca 2024”, hecho por la Casa de la Diabetes y la Fundación Los Fresnos, con una muestra de 1.789 personas.

Gabriela Molina, nutrióloga e investigadora, explicó que para obtener resultados más ajustados a la realidad se aplicaron cinco técnicas diferentes para diagnosticar la obesidad.

Se utilizaron los siguientes criterios: grasa relativa, Obesity Degree (composición corporal), circunferencia de cintura, Índice de Masa Corporal (IMC) y obesidad sarcopénica.

Atención integral

Los resultados varían según el método aplicado, lo que demuestra la necesidad de que los profesionales de la salud adopten un enfoque integral en su evaluación.

Molina indicó que el sedentarismo, los malos hábitos alimenticios y factores sociales como, por ejemplo, la migración están entre las principales causas de la obesidad.

Para ella, más que restringir alimentos, las estrategias de prevención deben enfocarse en educar sobre selección de alimentos, variedad y tamaño de porciones.

El estudio también evidenció que la obesidad, medida con Obesity Degree, afecta más en zonas urbanas (89,5 %), mientras que por grasa relativa es mayor en zonas rurales (91,7 %).

La obesidad es más prevalente en mujeres según todos los indicadores. Por grasa relativa alcanza aproximadamente el 94 % en mujeres frente al 78,6 % en hombres.

Contexto urbano

En el contexto urbano, las cifras alcanzan el 93,1 % en mujeres por Obesity Degree y 92,9 % por grasa relativa, comparado con 81,1 % y 75 % en hombres, respectivamente.

En zonas rurales de Cuenca, la tendencia se mantiene: 95,9 % en mujeres por grasa relativa y 91,7 % por Obesity Degree, frente al 82,3 % y 84,1 % en hombres.

El estudio mostró que la obesidad por Obesity Degree incrementa con la edad: llega al 92,5 % entre los 55 y 64 años, y se mantiene alta en mayores de 65 (88,9 %).

También reveló que la obesidad supera el 90 % en la mayoría de parroquias, alcanzando el 98 % en Tarqui y 97 % en Molleturo, y siendo menor en Llacao (74 %) y Victoria del Portete (78 %).

En sectores como San Joaquín y Chiquintad, la obesidad por IMC bordea el 36 %, pero según Obesity Degree supera el 90 %, lo que evidencia una subestimación del exceso graso.

Otros hallazgos del estudio indican que el 43,1 % de las personas con obesidad no acudió al médico en el último año, lo que refleja una baja utilización de servicios de salud.

El 62,7 % reporta discriminación por parte de familiares; el 33,6 % en el entorno social, el 8,2 % en los servicios de salud y el 6,7 % en el ámbito laboral.

La salud no es una tendencia

Patricia Maldonado, nutricionista y entrenadora personal, alertó sobre el auge de influencers que promueven dietas y rutinas sin respaldo científico, lo que implica riesgos para la salud física y mental.

“Creo que muchos contenidos virales carecen de base clínica y fomentan prácticas insostenibles, como ayunos mal aplicados o suplementos sin control profesional”, señaló.

Advirtió que imitar entrenamientos sin evaluación profesional puede causar lesiones, pues aclaró que no toda rutina es adecuada para todos los cuerpos ni condiciones físicas.

Subrayó la importancia de seguir a profesionales titulados en nutrición y ejercicio, quienes deben ofrecer información basada en evidencia e incluso personalizada.

Educación en nutrición

Armando Medina, nutricionista y docente, afirmó que el Estado debe implementar una política educativa en nutrición para prevenir enfermedades como obesidad, diabetes y colesterol alto.

Considera que incluir clases de alimentación saludable y actividad física en la malla curricular, especialmente en las escuelas, fomenta hábitos sostenibles y reduce costos en salud.

“Los niños aprenden con el ejemplo, por eso hay que tener programas integrales que involucren a docentes, padres y comunidad para promover entornos saludables”, dijo.

Añadió: “El Estado debe asegurar infraestructura y personal capacitado en escuelas. Tiene que invertir en prevención, que es más eficaz y económico que tratar enfermedades crónicas.

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