Inteligencia artificial e inglés marcan el rumbo educativo

Mientras la inteligencia artificial revoluciona la forma de aprender, el inglés consolida su papel como lengua franca, es decir, como el idioma común que facilita la comunicación entre personas que no comparten una lengua materna.

El aula ya no es la misma. Dos asignaturas —la inteligencia artificial (IA) y el idioma inglés— se han convertido en protagonistas de un cambio educativo que responde a las demandas de un mundo globalizado y digital.

Instituciones académicas, centros de formación y docentes lideran este proceso, pues consideran que ambas competencias ya no son opcionales, sino necesarias.

Inteligencia artificial

La Universidad de Cuenca forma parte del proyecto internacional GENIAL, financiado por la Unión Europea, que busca fortalecer la incorporación ética y pedagógica de la inteligencia artificial en la educación superior.

La iniciativa reúne a 10 universidades de Europa y América Latina y contempla un presupuesto de 798.000 euros.

“Esta participación posiciona a la Universidad de Cuenca como un referente en la región en cuanto a la incorporación de la inteligencia artificial en la educación superior. No solo participamos, sino que lideramos procesos clave para la región”, explica Jorge Maldonado, director de Innovación Educativa de la institución.

El plan contempla la creación de unidades especializadas en IA, la capacitación de docentes y estudiantes, así como la modernización curricular.

Uno de los pasos más importantes será que la Universidad de Cuenca implementará el primer laboratorio universitario de inteligencia artificial generativa aplicada del país.

Este espacio estará destinado a la formación, la experimentación y la innovación tecnológica, con énfasis en el uso pedagógico de tecnologías de IA como chatbots, asistentes virtuales o generadores de imágenes.

Para Maldonado, este laboratorio será un espacio vivo de creación y reflexión, donde se generarán soluciones educativas contextualizadas, promoviendo el pensamiento crítico, el uso ético de la tecnología y una visión humanista de la inteligencia artificial.

Cambio

Especialistas en transformación digital coinciden en que la IA llegó para quedarse. Santiago Calvopiña, especialista en transformación digital, señala que la IA es una herramienta que amplifica las capacidades de los seres humanos.

“El problema es que a veces se la ve como un atajo, cuando en realidad debe usarse para potenciar y simplificar tareas. Impedir que los estudiantes la utilicen es pelear contra lo inevitable. Lo que necesitamos es enseñarles a construir criterio con las respuestas que la IA les da”, indicó.

Calvopiña advierte que la educación debe replantearse. “Antes el más inteligente era quien respondía primero; hoy necesitamos saber preguntar porque la IA funciona si le hacemos buenas preguntas, si le damos un buen contexto, caso contrario, contesta cualquier cosa”, manifestó

En la misma línea, Christian Espinosa, analista en comunicación digital, advierte sobre los riesgos de la desinformación.

“Ya no hablamos de una generación móvil, sino de una generación IA. Hay beneficios, como tener un asistente educativo disponible a toda hora, pero también riesgos como los sesgos o la creación de contenidos falsos. Hoy incluso existen programas que detectan si un texto fue generado por IA”.

La adaptación docente es otro punto. Gabriela Astudillo, analista de sistemas informáticos de la Red Ecuatoriana de Pedagogía (REP), señala que la IA no reemplaza al educador, sino que lo complementa.

“El docente puede generar contenido personalizado, tutorías virtuales o evaluaciones automatizadas, pero siempre debe haber un humano detrás para guiar el proceso. La persona que no se adapte a estas herramientas será la que quede fuera del mercado laboral”, señaló.

Inglés, otra llave global

Mientras la inteligencia artificial revoluciona la forma de aprender, el inglés consolida su papel como lengua franca, es decir, como el idioma común que facilita la comunicación entre personas que no comparten una lengua materna.

El Centro de Estudios Interamericanos (CEDEI) señala que ha habido un crecimiento constante en la demanda de cursos de inglés.

“Desde los años 70, el inglés ha ido ganando terreno como idioma global. Hoy no solo es importante para viajar, sino para acceder a la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura”, explicó Catalina Jaramillo, directora del Departamento de Inglés del CEDEI.

«La producción científica y los contenidos digitales se publican en su mayoría en inglés, y eso obliga a nuestros estudiantes e investigadores a dominarlo».

La globalización, el internet y la presencia de comunidades extranjeras en Cuenca también impulsan la necesidad de aprender este idioma.

“Tenemos un promedio de 1.200 estudiantes por ciclo, y en cada uno cerca del 20 % son nuevos. Ofrecemos programas para niños desde los ocho años, adolescentes, adultos e incluso personas de 60 o 70 años. No hay edad para aprender”, aseguró Jaramillo.

La IA y el inglés no avanzan por separado. Ambos se cruzan en la formación de las nuevas generaciones. El inglés es el idioma predominante en el desarrollo tecnológico y el software, mientras que la inteligencia artificial redefine el modo en que ese conocimiento se transmite.

“La educación ya no se limita al aula tradicional ni a los métodos convencionales. La inteligencia artificial está redefiniendo nuestras formas de enseñar y aprender y queremos asegurarnos de que esa transformación se dé de manera ética, inclusiva y centrada en el ser humano”, concluye Jorge Maldonado. (PNH)-(I)

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Patricia Naula Herembás

Licenciada en Comunicación Social con experiencia en medios tradicionales y digitales. Hace coberturas y en redacción de temáticas de emprendimiento, empresarial, sociedad e interculturalidad.

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