
Este 22 de octubre, El Mercurio cumple 101 años de trabajar para Cuenca. A pesar de que los tiempos han cambiado, la convicción de informar de manera responsable y objetiva no solo está presente, sino que esa es la consigna que mantiene el diario.
Al referirnos a los cambios, vivimos en una época de transiciones, y no únicamente en los contenidos que compartimos día a día. La tecnología, ese gran término que está en todas las áreas, ha llegado a un pedestal muy alto, que ha interrumpido, sobre todo, en cómo informamos.
Por un lado, hasta hace algunos años, a uno le tomaba cierto tiempo percibir una mutación en los avances tecnológicos. Sin embargo, en la última década, los procesos cambiaron. La masificación del servicio de internet, el auge y la transformación de las redes sociales, y la diversificación de las plataformas digitales nos mostró una sucesión de canales, al menos en nuestro campo.
Tampoco hay cómo dejar a un lado a la inteligencia artificial. El uso de las aplicaciones de IA para dar una respuesta cada vez es más notorio, incluso si se tratan de noticias.
Ante este panorama, El Mercurio ha sabido adaptarse a cada plataforma. Desde su página web hasta sus redes sociales, este diario que empezó con el periódico impreso, a sus 101 años está ramificado.
El Mercurio ya no solo se encuentra en las páginas impresas. Si usted hace el ejercicio, querido lector, este medio se ha expandido para abarcar nuevas audiencias y continuar con la fidelización entre aquellas que nos siguen desde hace mucho tiempo.
Con lo expuesto, vale aclarar, el periódico impreso sigue más vigente que nunca. Simplemente la extensión hacia nuevos canales es parte de nuestros objetivos: informar a nuestra audiencia que, solo en la página web, ha alcanzado ya los dos millones de usuarios.
Informarse bien
Por otro lado, si bien las bases para informar a nuestras audiencias han sido fuentes confiables y contrastación, hoy en día es aún más necesario mantenernos a ellas y expresarlas. En un país en el que cualquier puede darse de alta en un espacio digital y tener viva voz, nos es urgente, asimismo, hacer diferenciaciones.
En El Mercurio ratificamos el informarnos bien y no caer en publicaciones sin la debida verificación. Y los lectores y consumidores de noticias deben entenderlo. No se trata de publicar, sea cual fuere el medio, cualquier cosa, sino de tener la convicción de que lo que estamos haciendo está apegado a un proceso de curaduría cuyo contexto haya sido comprobado.
Es tan fácil compartir «información» bajo una presión y un gusto por la rapidez y la atención. Esa necesidad de fama y alcance masivo con cualquier cosa que se haya dicho por decir está presente. Pero en El Mercurio, no. El diario no tiene como finalidad estar en la vorágine que provoca la inmediatez.
Bajo este breve contexto, el diario ratifica, en estos 101 años en Cuenca, la innovación y la información precisa que responda únicamente a los intereses de sus ciudadanos.
Proyectos en camino
Para El Mercurio es necesario continuar con nuevos procesos que nos permitan cumplir con lo mencionado al principio: mantenernos innovándonos e informar con la mayor precisión posible. Para estas dos premisas se requieren proyectos que no solo queden como ideas. Parte de la filosofía y el camino que tiene el diario es ejecutar trabajos que nos acerquen más a nuestra audiencia.
Por esa razón es que El Mercurio alista una serie de productos, entre estos: un boletín diario de noticias que se entregará a través de correo electrónico, un canal de WhatsApp en los que recibirá las actualizaciones que hacemos a lo largo del día en nuestra página web, y una parrilla de contenidos que serán producidos en un estudio que hemos preparado.
Todo ello con el afán de ofrecer una variedad de productos para las distintas audiencias que se informan con El Mercurio.
Para ser parte de las nuevas propuestas informativas, lo único que tienen que hacer es ingresar a la página web www.elmercurio.com.ec o buscarnos en nuestras redes sociales o en la sección de canales de WhatsApp. (I)