Martha Coronel, de 67 años, empezó por mover el comedor y los muebles de la sala a las paredes. Los cubrió con láminas de papel y retazos de tela hasta convertirlos en un lienzo improvisado. Después sacó las figuras que ha reunido durante más de cuarenta años para colocar pieza por pieza y formar uno de los pesebres familiares más grandes de la ciudad de Cuenca.
Hace tres semanas, Martha no tenía la intención de realizar este nacimiento porque la familia atraviesa un momento difícil debido a una enfermedad que pone en riesgo la vida de su madre. Pero cambió de idea, cuando su propia madre, al notar que la casa no tenía la chispa de otros años, le pidió que levantara el pesebre que sostiene su fe en el Niño Jesús.
Aquellas palabras le devolvieron el ánimo a Martha. Conversó con sus hermanos y recibió el apoyo de sus sobrinos para cumplir el deseo de su madre. Este pesebre, ubicado en la calle Rafael María Arízaga y General Torres, se distingue por más de 2.000 figuras que recrean el tradicional Pase del Niño Viajero del 24 de diciembre, además de incorporar escenografías de fiestas populares adaptadas a la celebración navideña.
A pocos metros de la casa de Martha, su vecino Vicente Peña también levanta un pesebre gigante con el propósito de reunir el 24 de diciembre a todos sus hijos que llegan de distintos puntos del país. Para él, el nacimiento es la excusa para celebrar la Navidad juntos y volver a los recuerdos que mantienen unida a la familia.
Vicente y su esposa se encargan de armar el pesebre con figuras nuevas que adquieren cada año. Esta vez añadieron un río que recorre todo el nacimiento, un detalle que lo hace más atractivo.
En el pesebre destaca una imagen del Niño Jesús con más de 100 años de antigüedad. La figura ha sido custodiada por varios integrantes de su familia.
En la ciudadela El Cisne, cerca de la Empresa Eléctrica, la familia Argudo-Nivelo lleva más de dos décadas levantando un pesebre que cubre por completo una de las paredes de su casa. En la planta baja, donde se vende el tradicional morocho de la 9 de Octubre, el nacimiento se ha convertido en un atractivo para sus clientes.
Trabajaron durante varios días para tener listo el pesebre, que destaca por la imagen de un Niño Jesús, traída desde los Estados Unidos. Ruth Nivelo recuerda que antes su nacimiento era más grande, pero tuvo que reducirlo para dar espacio a las mesas y sillas que ocupan sus clientes que disfrutan del morocho y otras delicias.
Ruth conserva la costumbre de celebrar cada 4 de enero una misa en honor a ese Niño que bendice a su familia. Su deseo es que, cuando ella ya no esté, sean sus hijos quienes mantengan viva esta tradición.
En otros sectores de Cuenca existen más familias que elaboran sus pesebres sin descuidar ningún detalle. Es el caso de la familia Guamán-Quevedo, en el sector del Banco Central, que lo realiza desde hace 25 años.
Fernando Guamán comenta que más de 600 figuras utilizaron este año para realizar el nacimiento. Aspira continuar con este legado para rendir honores al Niño Jesús. -(I)
- Desde el pasado mes de noviembre, las familias cuencanas levantan los pesebres para celebrar la Navidad.
- Las imágenes del Niño Jesús son cuidadas celosamente por las familias. Algunas las heredan de padres y abuelos.
- Una fuerte inversión realizan las familias para adquirir las figuras que adornan los nacimientos.
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