En el feriado de los últimos días del año, cuando muchos viajeros optan por desplazamientos cortos y destinos fuera de los circuitos habituales, Carachula es una alternativa en la parte alta del cantón Santa Isabel.
En medio del páramo del sur del Azuay, este conjunto de formaciones rocosas, conocido como la Ciudad de Piedra, reúne caminata, paisaje y vestigios de ocupación ancestral, a unos 40 kilómetros del centro cantonal.
Carachula se encuentra en la parroquia Shaglli, sector Santa Teresa, a una altitud que alcanza los 3.600 metros sobre el nivel del mar, en el límite entre las provincias de Azuay y El Oro.
El sitio está conformado por grandes estructuras de piedra que, vistas desde distintos puntos del recorrido, evocan una antigua ciudad con corredores, túneles, cavernas y espacios encajonados similares a calles.
Cómo llegar
El acceso se realiza por dos rutas: desde el cantón San Fernando o desde Santa Isabel, siguiendo la vía hacia Shaglli.
El trayecto atraviesa zonas de páramo y áreas de transición climática.
En el último tramo, los visitantes deben recorrer a pie unos 300 metros por un bosque de ciprés, hasta que las formaciones rocosas surgen de manera progresiva.
Varias de ellas presentan siluetas que remiten a rostros humanos, animales, viviendas y estructuras verticales.
Entre las figuras reconocibles están el mamut, ubicado en la cima de una de las rocas más altas del lugar; el cóndor, el puma, el águila, el león y el jilguero.
Otra de las estructuras destacadas es conocida como el Jarrón, una gran roca cuya base muestra un rostro humano que, según la interpretación transmitida por guías locales, representa al dios del viento, el cual era adorado por los indígenas.
Existen varios senderos que permiten ascender a puntos elevados desde donde se observa el conjunto completo de la ciudad de piedra.
Desde la parte superior del Jarrón se distinguen otras figuras del entorno, como una formación conocida como el campanario de la iglesia y otra con forma de tren, que funciona como paso natural para los caminantes.
Además de las figuras zoomorfas, Carachula presenta numerosos rostros antropomorfos tallados en las paredes rocosas, con distintas expresiones.
Estudio
En la década de 1990, el investigador Napoleón Almeida realizó estudios en el lugar y sostuvo que en Carachula existió intervención humana.
Según sus estudios, las rocas habrían sido trabajadas por los cañaris mediante técnicas de desgaste, por lo que no se trataría únicamente de formaciones naturales.
Almeida planteó que el sitio funcionó como un centro religioso.
Entre los elementos observados se encuentra un sector identificado como centro ceremonial, una cavidad cuya superficie presenta huellas similares a las que dejaría una caída constante de agua.
A unos cinco kilómetros de Carachula se localiza Bolarrumi, también conocida como la Piedra Movedora, un conjunto rocoso que se eleva sobre los 3.800 metros de altitud. En este sector destaca otra figura de cóndor tallada en piedra.
La flora y fauna corresponden al ecosistema andino de zonas frías y templadas. Predominan los pajonales, árboles de quinua, chuquiragua y plantas medicinales, además de aves, venados, conejos y reptiles que habitan el páramo.
Desde Carachula se accede también a lagunas cercanas, a unos 50 minutos a pie o a caballo, donde se practica pesca deportiva.
Las comunidades del sector ofrecen posada temporal.
Carachula es un destino para caminatas, montañismo y observación del paisaje andino.
El recorrido requiere ropa abrigada, calzado adecuado para superficies húmedas y protección frente al viento y la lluvia.
Más allá de su valor natural, el sitio concentra una memoria cultural visible en las figuras de piedra que emergen en medio del páramo.
DATO
- Para visitas, la Asociación de Turismo Comunitario Asocarachula ofrece guianza, hospedaje y alimentación. El contacto es el 098 212 5620.
- El costo de ingreso de para adultos 2 dólares, niños 1 dólar y extranjeros 3 dólares. Ubicación: Santa Isabel, comunidad Santa Teresa, parroquia Shaglli.
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