El anuncio del presidente de la República, Daniel Noboa, sobre la reducción del precio del diésel a partir de diciembre de 2025 y febrero de 2026 marca un nuevo capítulo en la política de subsidios del país.
La medida llega tras un mes de protestas lideradas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) contra la eliminación del subsidio, y antes de la consulta popular del 16 de noviembre y el inicio del año electoral rumbo a las seccionales de 2027.
Mientras el Gobierno sostiene que se trata de un ajuste técnico vinculado al nuevo sistema de bandas, voces del ámbito político señalan que la medida responde a una estrategia electoral, tras un mes de protestas y a pocas semanas de la consulta popular del 16 de noviembre.
Precios
El mandatario informó el 22 de octubre de 2025 que el galón de diésel pasará de 2,80 a 2,78 dólares en diciembre, y a 2,70 dólares en febrero de 2026. Esto dentro del mecanismo de estabilización que permitirá variaciones mensuales de hasta el 10 %, según la cotización internacional del crudo.
El anuncio se dio después de que la Conaie declarara el fin de las movilizaciones contra la eliminación del subsidio.
Para el sociólogo y analista político David Barzallo, el anuncio presidencial no puede entenderse fuera del contexto electoral.
“El anuncio del presidente es una decisión electoral. Lo que haga el Gobierno a partir de ahora, en este contexto posterior al paro y previo a las elecciones de noviembre, se tiene que leer en el marco de su estrategia de ganar votos a favor de las tesis del Gobierno”, afirma.
Barzallo considera que la medida busca proyectar la imagen de un mandatario “benevolente” tras el levantamiento indígena. “Noboa gana políticamente porque el movimiento indígena anuncia el fin del paro, lo que representa una derrota para la Conaie. Al anunciar la baja del diésel, se presenta como un rey magnánimo que ofrece concesiones a su pueblo después de haber vencido”, explica.
El analista también cuestiona el impacto real de la reducción. “No me parece que sea un monto representativo”, señala.
Economía
David Vásquez, decano de la Unidad Académica de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica de Cuenca, considera que el impacto económico de la reducción anunciada en los precios de diciembre y febrero, será limitado.
“La reducción marginal que tendrá el precio del diésel en los meses siguientes no incidirá significativamente en la estructura de costos y precios nacionales”.
Sin embargo, señala que la eliminación del subsidio al diésel responde a una necesidad fiscal. “Esta decisión resulta ser exclusivamente económica antes que política por los costos que representa”, explica.
El Gobierno proyecta un ahorro anual de aproximadamente 1.200 millones de dólares, que contribuiría a reducir un déficit estimado en el 4,5 % del PIB al cierre de 2025.
No obstante, Vásquez advierte que este ahorro no se reflejará de inmediato. Esto debido a que parte de esos recursos se destinarán a transferencias de compensación, como los bonos para transportistas y agricultores.
El ministro de Desarrollo Humano, Harold Burbano, informó que hasta finales de 2025 se prevé destinar 142 millones de dólares para compensaciones.
Está prevista la entrega de 42 millones de dólares al sector del transporte y una asignación de 100 millones de dólares para el sector agrícola.
Además, Vásquez advierte que el panorama internacional no favorece a Ecuador.
“El Ministerio de Economía y Finanzas espera que el precio internacional del petróleo se encuentre en 53,5 dólares por barril, proyección de casi seis dólares menos de lo que se preveía anteriormente”, explica.
Añade que esta caída está relacionada con la decisión de la OPEP+ de aumentar la producción desde noviembre y con la desaceleración económica de China, lo que reduce demanda y presiona los precios a la baja.
Eliminación del subsidio se mantuvo pese a protestas
La eliminación del subsidio al diésel, que históricamente ha detonado crisis sociales en Ecuador, se mantuvo esta vez pese a un mes de protestas que dejaron tres muertos y decenas de heridos.
A diferencia de 2019 y 2022, la movilización indígena no alcanzó la misma fuerza, algo que el politólogo Santiago Basabe atribuye a la debilidad interna de la Conaie y a la disputa de liderazgos dentro del movimiento.
“El liderazgo del actual presidente de la Conaie, Marlon Vargas, es un liderazgo más dentro de la organización. Esa falta de coordinación disminuyó la capacidad de convocatoria al paro nacional”, señala Basabe.
Esa fragmentación, según Barzallo, le permitió al Gobierno avanzar con su agenda sin ceder terreno político.
“Noboa se presenta como vencedor en un tablero donde el adversario perdió fuerza. La reducción del diésel no es una concesión, sino una puesta en escena que busca consolidar su imagen”, afirma. (I)
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