
En un mes se cumplen 16 años de que los militares estadounidenses salieron de la Base de Manta y el actual Gobierno, a través de una consulta popular, busca que los ciudadanos aprueben una reforma a la Constitución con la que se permita la instalación de bases militares extranjeras, prohibidas en la Constitución del 2008.
La primera pregunta, de las siete que el presidente Daniel Noboa planea consultar a los ecuatorianos, propone reformar el artículo 5 de la Constitución, que actualmente impide el establecimiento de bases militares extranjeras o de instalaciones extranjeras con propósitos militares; además prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras.
El personal militar de Estados Unidos salió de la Base de Manta el 18 septiembre del 2009, después de que se dio por terminado el convenio que les permitió el uso de este lugar desde 1999; el cual fue empleado para control aéreo y marítimo de las actividades delictivas, principalmente las relacionadas con el narcotráfico.
Un camino recorrido
Esta pregunta, a diferencia de las seis restantes, tiene un camino recorrido, pasó un primer análisis de la Corte Constitucional, del que recibió luz verde para que sea sometida a una reforma parcial a la Constitución.
Además, la pregunta fue sometida a análisis y fue aprobada en la Asamblea Nacional el 3 de junio pasado, con 82 votos afirmativos, 60 negativos y 6 abstenciones, la oposición vino de la Revolución Ciudadana, que considera a la propuesta como violatoria de la soberanía nacional.
Actualmente, está pendiente que la pregunta sea sometida a referéndum, para lo cual la Asamblea Nacional deberá remitirla al Consejo Nacional Electoral (CNE), que convocará a las urnas; según anticipó el presidente Noboa el nuevo proceso se realizará a finales del 2025.
Una reforma necesaria
Para Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el aumento de la presencia del crimen organizado, tras la salida de los militares estadounidenses de la Base de Manta, pone en evidencia que la cooperación internacional, para combatir a estos grupos armados, es absolutamente necesaria.
“El avance del crimen organizado en los últimos años nos demuestra que la presencia de las tropas estadounidenses en el país fue clarísimamente positiva y que es necesario que vuelvan para que frenar este avance”, señaló Moncayo, quien aclaró que lo que existió en Ecuador no fue una base estadounidense, sino un puesto de avanzada, que solo sirvió para control del narcotráfico.
Mario Pazmiño, director de Inteligencia del Ejército en 2007, año en que el país todavía contaba con el apoyo estadounidense, considera que la propuesta del presidente es muy lógica, pues actualmente Ecuador no cuenta con los recursos económicos necesarios para salvaguardar su territorio y las capacidades de las Fuerzas Armadas han sido superadas por las que poseen las bandas delictivas.
“Ecuador no tiene los recursos necesarios, ni tampoco la tecnología para hacer frente al crimen organizado, por eso el presidente está utilizando una herramienta que es muy viable, la cooperación internacional, específicamente una que es muy fuerte, la instalación de las bases militares”, afirmó Pazmiño.
La solución no está solo en las bases
Para Fernando Vega, exasambleísta constituyente, quien apoyó la salida de las tropas estadounidenses de la Base de Manta, la propuesta del Gobierno demuestra que la inseguridad se le fue de las manos al Estado y ahora la única salida que se ve a la vista es entregar la soberanía a un país extranjero.
“Es mucho más manejable el fortalecer la colaboración con los países de la región, Colombia, Perú, Bolivia, obligar a Venezuela, además, buscar, ahí sí, el apoyo de Estados Unidos”, recalcó el exlegislador. (I)