Hay una práctica en la agricultura que siempre me ha parecido extrañamente poética, la quema controlada. Esapráctica que prende fuego, de forma deliberada y cuidadosa, a ciertas áreas para evitar incendios descontrolados más adelante, esa que parece destrucción, y que en realidad es renovación. Y como el campo, nuestra vida poco a poco se llena de elementos que la saturan, que invaden, que crecen …







