Cuenca está de luto, porque acaba de perder a un hijo ilustre; sus calles trasnochadas y desoladas esconden un lúgubre mutismo, sabiendo que el silencio no es solo la ausencia del ruido, sino la suave transición entre las melodías que Bolívar entonaba y la eternidad. Sí, se siente el luto y la ausencia de Bolívar …







