No podía terminar bien. Sus nombres son Ismael, Josué, Saúl y Steven, cuatro nombres, cuatro niños que faltan en casa, desaparecidos a manos de una oscura patrulla militar en el sur de esta Guayaquil que, plan Fénix o no, sigue ahogándose en la violencia. Y la memoria no puede evitar el recuerdo amargo, esta imprecisa …







