Mis abuelas fueron rectas, nobles e inteligentes y una de ellas me amonestaba dulce y cariñosamente, cada vez que mi travesura de niño daba razón para esto, cosa que no dejaba de ser frecuente y entonces luego de explicarme pacientemente me decía ¨entiende, no seas tontito¨ Ahora me valdré de esta bella y dulce forma …








