
La vejez no debería vivirse en silencio ni en soledad. Los adultos mayores son el pilar emocional y cultural de las familias, guardianes de la historia y transmisores de valores. Sin embargo, en muchas ocasiones se enfrentan al olvido, la exclusión y formas de violencia silenciosa que comprometen su dignidad. Según la Organización Mundial de la Salud OMS, uno de cada seis adultos mayores ha sido víctima de algún tipo de abuso durante el 2024. Este puede manifestarse como maltrato psicológico, negligencia, manipulación económica, exclusión social, violencia física e incluso sexual. En la mayoría de los casos, estas situaciones no se denuncian, lo que perpetúa su invisibilización.
En Ecuador, la Ley Orgánica de las Personas Adultas Mayores, vigente desde 2019, respalda y garantiza sus derechos como la atención prioritaria en salud, el respeto a la autonomía, el acceso a la educación continua, la participación activa en la sociedad y la protección frente a toda forma de violencia.
“Pese a los avances legales, muchos adultos mayores aún enfrentan barreras estructurales como el acceso limitado a servicios médicos, la falta de programas inclusivos o la discriminación por edad. El maltrato, además, no siempre es evidente. Desde el enfoque clínico puede presentarse en actitudes cotidianas: decisiones impuestas sin consulta, indiferencia emocional o exclusión de conversaciones importantes” afirma la Dra. María Mercedes Ganán Aillón.
La vejez puede ser una etapa activa y plena si se vive en un entorno respetuoso y afectivo. Por eso, es indispensable fomentar una cultura del buen trato que parta desde el entorno familiar y se extienda a todos los espacios sociales, la especialista comparte algunas recomendaciones para crear espacios seguros para los adultos mayores :
- Escuchar activamente sus emociones y opiniones: Validar su voz en la toma de decisiones familiares es una forma directa de respetar su autonomía.
- Fomentar la participación social y comunitaria: Estimular su presencia en actividades culturales, recreativas o espacios de voluntariado les permite mantenerse activos y vinculados.
- Incentivar relaciones intergeneracionales: El contacto frecuente con nietos y jóvenes no solo beneficia su salud emocional, sino que también construye puentes de comprensión mutua.
- Atender señales de alarma: Cambios en el estado de ánimo, retraimiento, trastornos del sueño o pérdida de apetito pueden indicar maltrato, tristeza profunda o depresión.
- Garantizar acceso a atención médica integral: Esto incluye controles periódicos, apoyo psicológico, terapias especializadas y acompañamiento en caso de enfermedades degenerativas.
- Adaptar el entorno físico: Hacer ajustes en el hogar o espacios públicos para facilitar su movilidad e independencia.
- Romper con los estereotipos: Frases como “ya no puede” o “no entiende” refuerzan ideas erróneas que llevan al aislamiento. Envejecer no debe ser sinónimo de inutilidad.
- Capacitar a cuidadores y familiares: Enseñar prácticas de cuidado desde una perspectiva ética, emocional y de derechos humanos.
Cada 15 de junio, el mundo recuerda el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una fecha impulsada por las Naciones Unidas que invita a reforzar el compromiso con la protección integral de quienes han dedicado su vida a los demás. Desde Ecuasanitas se fomentan entornos seguros y afectivos para quienes han sido los pilares de las familias, más respeto y más amor son las bases para construir una sociedad justa, inclusiva y empática con cada etapa.