El arte y la paz

Hernan Deleg Pacheco

Al visitar la exposición de objetos reales, cuyo tema: la cultura pisoteada, donde hay un violín con cuerdas de espino artificial; el autor  de origen alemán Dressler, cuyas pruebas de cargo son acusatorios; que le estimula al artista, luego de haber visitado Buchenwald, campo de concentración nazi; que entre los horribles objetos allí expuestos, habían quedado armaduras de gafas de los presos; y lo que busca en sus composiciones es la integración del concepto natural de vida, para expandir en la conciencia de sí universal.

En una sala contigua, del mismo autor, una exposición denominada idílicamente: Los éxitos de la horticultura, la amenaza al medio, una obra que consta de un barato vaso plástico, del cual se habría un retoño hecho del mismo material; e imprevistamente, del fondo del recipiente se elevaba con lentitud una densa espuma negra que marchitaba, las delicadas hojitas verdes…Dressler acompañaba su obra con un llamado apasionado a preservar lo vivo.

Al mirar las composiciones del artista, la conciencia de sí hace la experiencia del deseo de saber; como primera etapa del camino que conduce a la dignidad del espíritu. La conciencia acepta arriesgar la vida, arriesgando la vida, conserva la libertad y la PAZ.

El ser humano, reacciona de diferente manera, ante un mundo amenazado por los  peligros que se ciernen sobre el: la discriminación, el desempleo, la destrucción de la naturaleza, el culto a los ídolos de la T V ; y fundamentalmente el avance de las fuerzas de la mentira, el engaño, la calumnia, que nos eleva, y no es más cara que una legión de verdades bajas; allí están los defensores del consumismo establecen leyes, y sitúan las leyes de la felicidad, como los muros del presidio y los grillos de la existencia. (O)