Vicepresidente y salud

Edgar Pesántez Torres

Varios cuencanos en los últimos años han ocupado altos puestos burocráticos en el Ejecutivo, como subsecretarías, ministerios y vicepresidencias, también cargos cimeros en otros poderes del estado, tal el caso del CPCCS, TSE, Corte de Justicia y Asamblea Nacional, muchos de ellos han pasado sin pena ni gloria y más bien han sido duramente criticados. Por sus funciones de envergadura debieron dejar una impronta para el país y particularmente para su ciudad y provincia. Sus ejecutoras debieron haber servido para ser personajes de resonancia y orgullo de la región.

Ahora asimismo tenemos cuencanos de alta investidura: el vicepresidente de la República, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, tres ministros de Estado, el secretario jurídico de la Presidencia, etc., de quienes se espera una labor trascendente y no anodina, menos que censurados por negligentes o malversadores de fondos públicos.

EL vicepresidente Alfredo Borrero, antes de ser político fue médico y administrador; luego de triunfar en las elecciones en binomio con el ahora presidente Guillermo se le encargó la responsabilidad de las políticas públicas necesarias para fortalecer el Sistema Nacional de Salud, mancomunadamente con el Ministerio de Salud Pública y la Secretaría Nacional de Planificación.

En sus primeras caminatas por los hospitales, la autoridad comprobó lo que todo se sabía: carencia o ausencia de medicamentos, de insumos, de equipos, personal…, a lo que se sumaba el maltrato a los usuarios. -Yo fui uno de ellos en el Hospital Maldonado Carbo, que no me respetaron por autoridad ni porque fui vestido de mandil como médico, dijo en mandatario.  Aquí una digresión: toda persona debe ser amable, no hay que estudiar en la universidad para adquirir este don; es gratis en la universidad de la vida, en donde se aprende.

Lo más preocupante de las declaraciones ha sido que la corrupción continúa, porque están los mismos empleados. Agregó que no es cuestión de presupuesto, pues hay lo suficiente: 2.860 millones maneja el MSP y 1.460 millones el IESS para el área de salud. Acotó que desgraciadamente hay la filosofía de la economía de salud y robarse el resto.  

Si el signo común es la corrupción con los mismos, entonces distinguido coterráneo ¡ya no espere más tiempo en removerlos y enviarlos a la fiscalía! Muchos de ellos están palanqueándose su permanencia en el MSP y el IESS, dando sus patas de ahogado al tomar represalias con quienes los han denunciado. (O)