La foto del presidente Lasso visitando el famoso Muro de los Lamentos en Israel recorrió la esfera digital ecuatoriana convertida en un meme. Un objeto de transmisión cultural/político al que los ciudadanos le otorgan, bajo el recurso de la sátira y el humor, otros significados vinculados con la coyuntura política. Haremos el ejercicio de construcción sobre esos lamentos, usando el muro simbólico en su condición de objeto de confesión para imaginar de qué podría lamentar Guillermo Lasso.
Lasso podría lamentar no haber tenido una agenda post vacunación. La comunicación gubernamental se estacionó saboreando el logro de los primeros 100 días, olvidando que lo que se requería en ese período, en términos políticos, era delinear una agenda pública de largo plazo. La urgencia de la vacunación estaba clara, pero esa bonanza política debió ser el vehículo por el que camine la agenda económica, social y política del gobierno. No fue así.
Lasso estará lamentando su falta de gestión política. Si bien inició con la consigna de gobernar sin confrontación periodística y promoviendo el encuentro, este duró poco. Los efectos de un discurso confrontador que expone y acusa a enemigos políticos, de una ineficiente búsqueda de apoyo en las masas, de conflictos con la izquierda, con los indígenas, y con la derecha guayaquileña, reduce sus posibilidades de gestión con lo que queda en el centro ideológico en la Asamblea, que no alcanza para obtener resultados en su agenda legislativa.
El meme sobre la imagen de esa visita responde a la frustración de una población que de manera mayoritaria desaprueba la gestión gubernamental. Otra razón para ir al muro de los lamentos. (O)
