Mascaradas

Ana Abad R.

Aunque acabamos de conmemorar el Día de los Santos Inocentes en las que la tradición popular con ingenio, creatividad y con un agudo sentido del humor, mediante mascaradas, caricaturizan escenas cotidianas o personajes de la vida pública y privada, hace pocos días vimos al señor Sonnenholzner, en una escena trágico cómica para el país, recibir de manos del representante de la minera china Ecuacorriente S.A. un inmenso cheque como aquellos que se entregan al final de cualquier reality show -el inconsciente no es inocente- con una burlesca cifra de quince millones como regalías mineras anticipadas. Las agresivas políticas mineras de un Gobierno que pretende legitimar mediante campañas mediáticas la miserable entrega de la mayor riqueza de los ecuatorianos y ocultar su incapacidad y grave debilidad política frente a los grandes intereses transnacionales en la región es como aquella orden de asesinato dada por Herodes para acabar con quienes entonces representaban la continuidad de la vida y que ahora representa el futuro de la humanidad. (O)