¿Qué es de la vida de Luis “El Negro” Díaz?

Luis “El Negro” Díaz.

Disfrutando de su merecida jubilación encontramos a Luis “El Negro” Díaz, quien es conocido por sus distintas facetas como arquero de indor y fútbol en sus tiempos mozos; arbitro, ecuavolista y hasta administrador del Estadio Municipal “Alejandro Serrano Aguilar”.

Hoy en día comparte con su amada esposa. “Me dedico primeramente a mi casa; soy jubilado, tengo 84 años y mi mujer 82…somos dos viejos que tenemos que cuidarnos el uno del otro”.

Díaz tiene siete hijos, cuatro residen en Estados Unidos y tres en Cuenca. Una hija vive junto a él. “Nunca me descuido de pedir a Dios por todos mis seres queridos”, destaca.

Generalmente pasa en su tienda que se encuentra ubicada en su hogar. De este modo se mantiene distraído. “Me gusta servir a la sociedad, cuando la gente viene a comprar me pregunta muchas cosas y trato de ayudarles…Soy una especie de informante de la gente”, sostiene entre risas.

Para muchas personas, Díaz es uno de los mejores guardametas que ha pasado por el Mundialito de Los Pobres. “Tengo que agradecer primero a Dios y después a la gente que me recuerda así, aunque no me gusta hablar mucho de mí mismo. En son de broma y en serio siempre cuento que cuando me paraba en el arco, esperaba solamente que me peguen un pelotazo por el volumen que tenía”, indica mientras suelta una carcajada.

Otro de sus pasatiempos favoritos es leer Diario El Mercurio, preferiblemente la página editorial y la sección deportiva.

Como indorista jugó en los equipos del Magisterio (en donde jugaban solamente profesores), Inter y El Vado, saliendo dos veces campeón con este último en el Mundialito de Los Pobres.

Sus habilidades bajo los tres palos le permitieron defender los colores del tradicional barrio de El Vado, equipo con el cual consiguió algunos logros en fútbol. “En ese entonces disputábamos el torneo de Máxima Categoría, en el que jugaban los equipos que ahora se llaman de primera”.

Su amor y lealtad por su “querido barrio” fue más fuerte que los ofertas de otros equipos que querían tenerlo en sus plantillas. “Decir El Vado en ese tiempo era decir Negro Díaz o viceversa”, exclama con un suspiro.

Mientras sostiene el rotativo se le viene a la mente otros recuerdos. “El doctor Ernesto Cañizares me ofreció trabajo como administrador del estadio municipal, después que me jubilé. Al principio le dije que no porque yo solamente quería descansar, pero finalmente le acepté y así pasé 23 años de mi vida en ese cargo…Creo que empecé ganando 500 sucres al mes”.

El arbitraje también está ligado directamente con Díaz. Todo nació cuando Miguel Machuca, dirigente de El Vado, le envió a un curso para árbitros. “Me metió en semejante problema…pero no me arrepiento porque fui árbitro 15 años, incluso César Martínez me hizo nombrar vocal de la comisión de arbitraje en el congreso extraordinario de El Oro”.

El polifacético

Luis Díaz era polifacético, ya que también fue ecuavolista, deporte en el que jugaba como volador. Además practicaba baloncesto, siendo preseleccionado estudiantil del colegio Manuel J. Calle.

Texto y Foto: José Mosquera Baca