Cadenas de abastecimiento

Más allá de los graves problemas que se presentan como consecuencia de la pandemia del Covid 19, es necesario destacar- por la importancia que tienen- los aspectos positivos que se están dando. Entre ellos el buen funcionamiento de las cadenas de abastecimiento. Los productos de primera necesidad, especialmente los alimentos, no han cesado de fluir en cantidad suficiente como para abastecer los mercados y esa es una realidad enormemente positiva que debe ser valorada en su real magnitud. Mantener esas cadenas de abastecimiento en forma regular -como hasta ahora ha ocurrido- debe seguir siendo una de las prioridades de las autoridades y del sector privado.

El país tuvo recientemente una amarga experiencia cuando como consecuencia del movimiento indígena de octubre, se cercó a las ciudades y se obstruyó las carreteras, impidiendo en forma violenta que los artículos de primera necesidad, especialmente alimentos, lleguen a los  ciudadanos. El corte de las cadenas de abastecimiento fue utilizado como un  chantaje para que el gobierno diera oído a los pedidos de la dirigencia del movimiento. Quienes pagaron las consecuencias no fueron las autoridades, sino los  ciudadanos que resultaron los grandes perdedores. Los más pobres fueron desde luego los que más sufrieron por la falta de productos básicos.

Quienes con su trabajo producen alimentos y artículos de primera necesidad, adquieren una relevancia especial. Desde el pequeño agricultor labora con sus manos hasta la gran empresa que produce a escala, vienen cumpliendo una tarea muy especial. Los  transportistas que trasladan esos productos desde los centros de producción, tienen igualmente un papel destacado de la misma manera que los supermercados y tiendas. El miedo de los primeros días que llevó a acaparar productos alimenticios, hoy ha sido superado. La gente está bien servida, más allá de las colas que son más por seguridad que por desabastecimiento.