Con sabor a moraleja

Bridget Gibbs Andrade

Se les cayó el negocio  (I)

El sábado en redes sociales, miles de personas protestaban por un nuevo negociado recién salido del horno. Circulaba la factura de compra de mascarillas N95 a USD 12 por parte del IESS, cuando el precio mayor bordea los USD 4. La compra de estas mascarillas suma aproximadamente USD 1.600.000, cuando el precio normal sería de USD 514.000, causando un perjuicio al estado de USD 1.086.000. Simultáneamente, circulaba otra factura de la alcaldía de Chone por la compra de mascarillas a USD 3.90 cada una. Ya armado el alboroto y conociendo la “inoportuna” denuncia, Granda escribió: “… determinaré si existió o no alguna irregularidad. Es nuestra obligación cuidar cada centavo de los afiliados”. Y al unísono respondemos: “Eso es lo que menos hacen”. Según Granda, se presentaron para este contrato 40 empresas de las cuales quedaron finalistas 7, y de éstas, se escogió la oferta más “económica”.

Más tarde, el Presidente le agradece por detener la compra millonaria cuando debió exigir que detengan a los culpables. ¿Qué clase de gobierno es el qué, en base a denuncias de usuarios de Twitter, funciona? Imitando a su maestro, aclara que hay que tomar en cuenta que la demanda de mascarillas es la causante del incremento en los precios. ¡Cómo no se nos había ocurrido! Solo falta que diga, como él, que no son sobreprecios, sino sobrecostos… Una cosa es que estén caras, y otra, que nos crean zopencos, que no lo somos.

El Consejo Directivo del IESS ha sido manejado los últimos años por el Estado. Los trabajadores no tienen su representante y los empleadores no han podido ratificar ni cambiar a su representante. No hay por donde perderse. Esto es disfuncional a propósito. El lunes, Granda anunció la renuncia de su inseparable sombra y firma autorizada del contrato, Ángel Loja, que de ángel, no tiene nada. Cuando Granda fue consejero en la embajada en España, cuando fue Ministro de Obras Públicas, y ahora de presidente del IESS, Loja ocupó cargos estratégicos.

La Federación de Cámaras de Comercio pide la cabeza de Granda, y solicitan que una persona con capacidad técnica afronte la crisis sanitaria. Apremia una limpieza profunda del IESS de la cabeza a los pies, en ese orden.

Se les cayó el negocio, señores. Tanto peca el que roba en la huerta, como el que queda a la puerta. Continuamos… (O)