El populismo y sus afanes

Juan F. Castanier Muñoz

En relación con la sentencia dictada en contra de Correa y su banda, extraigo dos frases expresadas por el expresidente. La una, del día anterior a la sentencia, en la cual decía que “la sentencia al caso sobornos se dará en las urnas electorales” y, la otra, ya sentenciado, que lo que se ha buscado es inhabilitarlo para participar como candidato. Ha tildado, además, al proceso, como una “payasada”, intentando, en desesperación no disimulada, convertir en “payasos” a todos los actores, incluidos jueces, reos y los mismos abogados defensores.

Hace cientos de años la justicia se impartía en las plazas públicas y la muchedumbre tenía su voto, prueba de ello es la liberación de Barrabás, las muertes en el Coliseo romano y en las sociedades del medioevo, pero en la actualidad, las infracciones penales son juzgadas por jueces designados para ello, profesionales instruidos con tal objeto, los sueños de perro entonces, sobre todo de Correa y su combo, de que los votantes, los electores del país, salgan a votar por su culpabilidad o inocencia, huele a postrer e inútil entusiasmo. Un juzgamiento recto, probo, obedece a la aplicación de principios jurídicos y técnicos, y no a sentimentalismos, a presiones malsanas o a la devolución de dádivas politiqueras.

No entiendo, por otro lado, la enfermiza obsesión por la inhabilitación política de los miembros de la banda. Cualquiera piensa que su preocupación fundamental debía radicar en probar su inocencia. Toma fuerza entonces la tesis de que para el populismo correísta, el volver al poder constituye la única herramienta para, a través de “meter la mano” a la justicia, se libere a toda la jorga de truhanes, presos, fugados y con enjuiciamientos en trámite, y se inicie de manera inmediata las gestiones en el Vaticano para su pronta beatificación.

Queja adicional y extraña de los “convictos” es que en este caso, la Fiscalía y los jueces habrían actuado más ágil y rápidamente que en otras causas. ¡Qué bueno que en el juicio sobornos 2012-2016, más allá de los resultados finales, los jueces conduzcan el proceso con celeridad y sin tardanzas!