El “reality show” de las candidaturas

Gerardo Maldonado Zeas

Alvarito quiere participar como candidato a la presidencia, en otro de los partidos que se prestan, alquilan, o se venden, no se sabe a ciencia cierta a costa de qué, pero la percepción ciudadana imagina. El de turno, el Justicia Social de Jimmy Salazar y Pamela Martínez, el cual, a través de una decisión írrita del Tribunal Contencioso Electoral, simplemente resucitó. Noboa debe ser, sin duda, el más grande hazme reír de los últimos tiempos, que juega a redentor, y al mismo tiempo a niño malcriado.

Esta falacia de democracia, aparece de cuerpo entero cuando los organismos de control electoral, le vuelve manejable al tiempo para inscribir a los candidatos; y va erosionando, golpeando, y sentenciando la imagen del Ecuador, que no se alivia de las convulsionadas prácticas, cuando el correísmo controlaba la función electoral, ahora en el mismo camino pero no de frente, a través de las decisiones del trío de mayoría, amparados en informes jurídicos y técnicos, de desprestigiados burócratas que  capturaron al CNE años atrás. Una muestra, la inscripción amañada del binomio Araúz- Rabascall.

La noble aspiración para ser autoridad electa, se ha convertido para muchos de los candidatos chimbadores, en una especie de “reality show” cuyo primer premio, es inquietar y burlarse lo más que se pueda de la opinión pública, y esperar el dictamen de un Tribunal Contencioso Electoral, estropeador de la Constitución, la propia ley electoral y su reglamento, al cual acudirá Justicia Social, ante la negativa de inscripción a su súper candidato, por parte del CNE.

Ahora, cuando la propia Atamaint se queja del presupuesto y solloza por el estrecho tiempo para maniobrar, son inconcebibles estos conjuros entre los movimientos políticos de jorga de amigos y la “autoridad electoral”, con una jerga de imploraciones a la libertad de participación para elegir y ser elegidos, que van convirtiendo a este proceso electoral en uno de los más irregulares de la historia ecuatoriana. Y faltan las votaciones y el conteo. Que la providencia nos ampare en 2021.  (O)