Inseguridad galopante

Hugo Lucero Luzuriaga

No hay ciudadano alguno que no haya sufrido directa o indirectamente las consecuencias nefastas de la delincuencia; no existen calles, barrios, parques o plazas públicas que no hayan sido escenario de actos delictivos, y lo que llama la atención es la percepción real de que la delincuencia se incrementa en el país y específicamente en la ciudad de Cuenca.

Este incremento de la inseguridad tiene sus causales directos, indirectos, predisponentes y/ o desencadenantes como son: el  relativo fracaso de ciertas políticas públicas sobre seguridad, la corrupción galopante sobre todo en las alta esferas, la desconfianza en la justicia, el aumento de la migración, el incremento de la desocupación y la pobreza, y de manera preponderante la crisis sanitaria con un deterioro de la salud, y de manera particular de la mental de muchas personas, que va de la mano con el consumo de substancias peligrosos y el incremento de la delincuencia.

Todos debemos involucrarnos para afrontar esta grave situación de inseguridad ciudadana, apoyando las acciones implementadas de los gobiernos, pero, también cuidándonos y organizándonos en calles, barrios y otros espacios; y, de manera especial haciendo conciencia de que esta nueva “plaga” podría ser peor que la pandemia si es que no alzamos la voz de protesta como pueblo azuayo, todos unidos exigiendo a los poderes centrales la implementación de nuevas y mayores acciones urgentes y oportunas contra la delincuencia, a sabiendas que somos un conglomerado muy importante dentro del Ecuador, un pueblo trabajador que debe ser atendido, respetado, y sobre todo protegido con la intervención efectiva, inmediata  y con mayores recursos humanos, materiales y económicos  por parte del Gobierno, por lo menos en este campo, ya que en otros como la vialidad estamos abandonados.

Señor Presidente, creemos que es esta la oportunidad para que sirva a Cuenca y al Azuay, es el espacio propicio para el justificativo del “Gobierno de Todos”, y la ocasión para en algo sumar a su credibilidad que está en debacle. Esperamos su respuesta Presidente. Le tomamos la palabra. (O)