Papeletas “dañadas”

Eliécer Cárdenas E.

_ Como si fuera una suerte de “castigo divino”, por la prisa mostrada en imprimir las papeletas de los candidatos presidenciales, cuando las prensas del Instituto Geográfico Militar se hallaban a toda marcha, alguien detectó un error garrafal en el casillero correspondiente a los aspirantes de una agrupación política, asunto que en cuestión de segundos se hizo de dominio público, con la correspondiente estupefacción de la ciudadanía.

_ De inmediato se ordenó parar las prensas y echar a la basura miles de papeletas ya impresas, se calcula que, por el valor de medio millón de dólares, grave hecho, no solo por la pérdida económica en medio de la crisis, sino porque se demuestra que no existe seriedad y responsabilidad en ciertos niveles, no decimos en todos para no pecar de injustos, de la cúpula del Consejo Nacional Electoral presidido por doña Diana Atamaint.

_ Como resulta usual, las “cabezas” a ser cortadas fueron las de algunos servidores de la Institución, y aquí no ha pasado nada. La presidenta y vocales del CNE siguen tan frescos como una lechuga, impartiendo instrucciones, dando declaraciones etc. Mientras las dichosas papeletas incorrectas ya habrán alimentado los depósitos de reciclaje de la basura. Es decir, a los futuros votantes, con este escándalo, nos han tratado “como a basura”.

_ ¿Acaso los miembros de la cúpula del organismo máximo de las elecciones no miraron, siquiera por un momento, las pruebas de imprenta de las papeletas a ser aprobadas por ellos? ¿Acaso todos ellos sufren de astigmatismo, miopía o alguna otra dolencia ocular, para que no hayan visto que había aquel error, incluso a todo color, como para que lo vea incluso el más distraído y despistado?

_ Es posible que, en el ajetreo de la cúpula del Consejo Nacional electoral, por imprimir a como dé lugar las papeletas de los candidatos presidenciales, para que “no mismo entre” el Alvarito Noboa, ni siquiera echaron un somero vistazo a las dichosas papeletas, y las mandaron así, para que, a la velocidad de un rayo, se impriman y nadie pueda reclamar, por aquello de los hechos consumados.

_ Evidentemente, se trata de un castigo a la prisa, pero este castigo finalmente lo pagamos los ecuatorianos, ya que los responsables verdaderos del desaguisado, es decir, presidenta y vocales del CNE, ya se lavaron las manitas con agua, jabón y desinfectante. (O)