Políticas migratorias

La migración ha sido permanente en la historia humana, lo que ha llevado a que nuestro planeta se pueble y se vayan incorporando áreas geográficas consideradas poco atractivas para la existencia humana. Este fenómeno se ha intensificado notablemente en los últimos tiempos debido a varios factores como la explosión demográfica. A mediados del siglo pasado había dos mil quinientos millones de habitantes, ahora, luego de 70 años rondamos los ocho mil millones, lo que explica que muchos territorios se hayan poblado. Otro factor es la intensificación de la población urbana que en las últimas décadas sobrepasó el 50 %. Hay migraciones forzadas por guerras y persecuciones y voluntarios motivadas por mejorar las condiciones de vida.

La actitud de los Estados ha variado. En un pasado no lejano se alentaba este flujo para poblar áreas e intensificar la productividad. No cabe olvidas que los Estados Unidos lo conformaron en el siglo XIX y XX migrantes de múltiples países. En los últimos tiempos los países desarrollados han elaborado políticas para regularla, en buena medida porque personas pobres, que buscan vivir mejor, se empeñan en llegar. Europa occidental y Estados Unidos se encuentran entre ellos. No cabe olvidar que en la gran mayoría de los casos los migrantes buscan trabajar y que, personas de cuestionable condición son una excepción. Es básico que estas disposiciones tengan una condición humana.

La política migratoria del hasta hace pocos días Presidente de Estados Unidos, se caracterizó por su dureza y discriminación hacia los latinos, lo que le llevó a construir un muro en la frontera con México que nos recordó al de Berlín en la década de los sesenta. Una de las primeras medidas del nuevo presidente ha sido ordenar la suspensión de su construcción. No creemos que se trata de una apertura global, pero sí de humanizar este proceso ajeno a discriminaciones. El problema es complejo y no cabe dar recetas, pero si destacar esta actitud más humana del nuevo presidente.