Cuando la vida me ha permitido alejarme de mi Cuenca natal y haber tenido la gran oportunidad de mirar a otros escenarios, observar a otros seres humanos, a los demás que, igualmente, viven en pandemia, he tenido la gran ocasión para la reflexión y la valoración de aquello que tuvimos antes de esta pausa, cuando vivíamos en entera libertad, sin restricciones y, también, sobre el mundo que se nos ofrece a partir de ahora. ¡No hay duda que el uso de la mascarilla o enmascaramiento, presenta una opción para la reflexión y el análisis! ¿Qué pasó con el ser humano que, antes buscaba al otro para el acompañamiento y el disfrute y, ahora, corresponde la distancia y el alejamiento? “El hombre es lobo del hombre”, sostenía Hobbes y en esta etapa de la vida del hombre, nos sentimos cada vez más distantes, lejanos y hasta extraños. Es así que, el universo del turismo y de la aeronavegación ha tenido que asumir cambios significativos con el uso de la mascarilla y las cuarentenas a observar entre países, en distinta categoría sanitaria. Quizás el día por venir, sea el que nos prodigue la esperanza. ¡Solo Dios podrá determinar lo que nos corresponda! Que la seguridad sanitaria sea el sendero por el que podamos transitar en nuestro futuro inmediato y que los seres humanos intentemos buscar el momento de un seguro reencuentro.
Esperamos días mejores para la especie humana y que el bozal que por siempre perteneció a las especies animales, sea retirado del rostro de los hombres y mujeres y retornemos al momento de compartir en libertad, entre familiares, amigos y conocidos, sin el recelo que hoy nos acompaña. (O)
