S.O.S. País

Ana Abad R.

Un tenaz y angustiante dolor –mezclado con indignación y coraje– provoca la catástrofe y la emergencia ambiental que estamos viviendo en ¡todo el territorio nacional!, todas con la posibilidad de haber sido evitadas o prevenidas, todas por la arrogancia y la ambición humana, todas como resultado de políticas sustentadas en intereses financieros particulares de espaldas a la naturaleza, a la ciencia y al más mínimo sentido común. En el país se multiplican las organizaciones ciudadanas conformadas para la defensa de la naturaleza frente a la peligrosa y mortal política del señor Lasso para extender la frontera petrolera y entregar el territorio nacional a las empresas mineras. Hoy estamos de luto por los habitantes de Quito, víctimas de un desastre natural que nos recuerda el respeto que debemos a quebradas, ríos, bosques y cerros, su defensa, conservación y rescate es vital para nosotros. Sin embargo, estamos envueltos en una insensibilidad irracional, bajo discursos engañosos que pretenden ocultar la locura minera y petrolera del Gobierno, en Cuenca hay ¡233 mil hectáreas concesionadas en páramos y bosque protectores! ¿Qué establece el PDOT y el PUGS para proteger el territorio cantonal? Ojalá las autoridades municipales tengan la suficiente responsabilidad política y sensibilidad democrática para escuchar las ya múltiples voces que hacen fuertes y serios cuestionamientos, de fondo y de forma, al PDOT y al PUGS. (O)