Orquídeas

Nicanor Merchán Luco

El día viernes pasado asistí a la Primera Exposición de Orquídeas Cañar 2022, invitado por el prefecto Byron Pacheco y José Portilla, presidente ejecutivo de Ecuagenera y organizada por la Ing. Keyla Alarcón. El edificio de la prefectura estaba mágicamente convertido en un jardín, en un orquideario bellamente expuesto. Muy bien señor Prefecto. A Byron se le felicita por esta iniciativa tan especial. Por esta ocasión se presentó la nueva especie denominada “Masdevalia Cojitambo” en honor al cerro sagrado de los incas El Cojitambo. Excelente homenaje.

Las orquideáceas constituyen una familia de flores gigantes conocidas por su interacción ecológica con los agentes polinizadores; dicen que esta familia pasa de las 60 mil especies, son reconocidas por sus flores las que son especialmente hermosas, sus tamaños varían desde las pequeñas que miden 1mm. Hasta las de 20 cm. Las flores tienen un aspecto muy diferente entre géneros, cada una más bella que la otra. Fueron conocidas y apreciadas por los seres humanos desde la antigüedad, pues, existen escritos que así lo certifican entre los griegos, chinos, aztecas y en general en Europa.

Realmente, no sé mucho acerca de esta gigante familia tan preciosa, pero sí conozco algo de las orquídeas del frío, de la montaña, del género Cyrtochilum y de la Oncidium y estoy seguro que donde existen de manera endémica, viven solamente en un ecosistema saludable en cualquier parte del planeta. En los ecosistemas saludables, las especies interactúan entre ellas porque son parte del ciclo de energía y de nutrientes. Los organismos vivos que habitan un ecosistema que comparten un mismo hábitat se agrupan para vivir de forma saludable. Las comunidades de órganos vivos que habitan en las montañas, bosques, prados dan origen a la biodiversidad. La orquídea vive donde hay salud del ecosistema. (O)