La distorsión de la Política     

Hugo Darquea López

Pretender el poder por el poder y ejercerlo sin otra consideración o finalidad que el logro de los intereses del grupo o de quienes lo ejercen, es la forma de pervertirla.

 Pensemos en las satrapías del pasado o en los abusos criminales de los dictadores de hoy, como Maduro u Ortega que han destruido a sus naciones, millones de ciudadanos venezolanos caminan por América del Sur…o,  que en una lógica de pervivencia social, se levantaron en acciones de protesta, pero que fueron reprimidas con el rigor de la fuerza bruta.  En Nicaragua, el tirano encarceló a todos los candidatos opositores para en unas elecciones fraudulentas hacerse reelegir una  vez más, al igual que en Venezuela o en Cuba, países en los que los millones de sufragios para el dictador-presidente, arropan la permanencia de la corrupción.

En nuestra Nación,  las experiencias del pasado y los diez años de abuso del poder entre 2007 al 2017, ponen de manifiesto la necesidad de fortalecer las instituciones. Una legislación enredada en la telaraña de la corrupción permite que los delitos y sus autores queden impunes, o que los PPL, delincuentes en términos propios, pese a sentencias en firme,  obtengan salidas de ciencia ficción, con hábeas corpus de por medio. Pero tal  perversión en otros países no sucede, en la Florida un ex contralor se acoge a la modalidad de “juicio rápido”  pero debe cubrir una fianza de catorce millones de dólares. Inmenso valor para los funcionarios del más alto nivel que han actuado con honradez.  Sin embargo en esta situación se pagó tal valor, lo que debe ser motivo de una  prolija investigación. 

El mundo continuamente cambia, y se debe tener en mente que al final todo se descubre y pasa su factura.  

Solamente una reflexión: La Política enseña que el poder siempre se debe ejercer con pulcritud y honestidad en función del Bien común. (O)