Buses aún son poco inclusivos en Cuenca

Hay unidades con elementos para facilitar acceso, pero adultos mayores y personas con discapacidad se quejan.

A personas de la tercera edad se les complica subir a los buses urbanos porque sus accesos son altos; tampoco pueden ingresar fácilmente personas con discapacidad. XCA

Hace cinco años parecía que la realidad que tenían que vivir a diario las personas con discapacidad en el transporte público urbano iba a cambiar.

Un cinco de septiembre de 2017, el Concejo Cantonal de Cuenca resolvió emitir una resolución en la que constaban 23 exigencias para autorizar el aumento del costo del pasaje del bus en la ciudad.

Entre los puntos se estableció que, por un lado, las unidades de transporte debían ser reemplazadas por las de tipo Euro 5, y, por el otro, que garanticen el acceso cómodo y sin barreras para las personas con movilidad reducida.

A pesar de que las flotas, meses después, empezaron a ser cambiadas por unidades que incluso portaban un ascensor para aquellas personas que movían en silla de ruedas, lo que no cambió es la cultura de saber tratar a los pasajeros.

Ya sea por la premura con la que andan los choferes, o por el número de viajeros que se amontonan y que no dejan espacio, o por desconocer que las personas con discapacidad necesitan su tiempo para movilizarse, lo cierto es que el transporte público aún no es un lugar inclusivo.

Por lo menos eso piensan las personas con discapacidad y los adultos mayores, quienes también tienen que pasar por un montón de adversidades si quieren transportarse en bus dentro de la ciudad.

Según el Registro Nacional de Discapacidad, en Cuenca están registradas 9,415 personas con discapacidad física.

“Hay choferes que son amables, pero hay otros que están apurados, que nos subamos. Imagínese eso con una persona con discapacidad. Además es imposible estar con una persona con discapacidad cuando los buses van llenos. Ni pensarlo”, opinó Maritza Quezada quien tiene un hijo con discapacidad física.

Desde hace diez años no usa, con él, los buses para movilizarse por Cuenca. Ella prefiere tomar un taxi para llevarlo a las terapias que su hijo necesita. La razón: no siente que el transporte público sea un espacio para su hijo.

A diario, un gran número de adultos mayores usan el transporte público para movilizarse por la ciudad.

“Hubo muchas complicaciones porque algunos no eran considerados. Me decían que suba rápido, y uno con el niño en los brazos. Una falta de amabilidad que hasta ahora sigue”, dijo Maritza a diario El Mercurio.

Sensibilización

Los representantes de los jubilados en Azuay han visto con preocupación lo que sucede en el transporte público porque, en vez de ser una ayuda para la movilización de los adultos mayores y personas con discapacidad, es un espacio al que le falta mucha sensibilidad.

En la ciudad, a diario, más de 400,000 personas se movilizan en el transporte público.

Ante esa realidad, para Saúl Chalco, primer vicepresidente del Consejo Consultivo Nacional de Adultos Mayores, es urgente crear la cultura de respeto no solo entre las personas que están a cargo de las unidades de transporte.

También es necesario que los usuarios respeten los asientos que están destinados para las personas con discapacidad y adultos mayores.

“Lo que se sugiere es la iniciativa de hacer una campaña de sensibilización en las escuelas, colegios, universidades, y en la comunidad en general. Y, por parte del MIES y el Municipio, que son las entidades responsables de vigilar su cumplimiento, dispongan a las entidades públicas y privadas de transporte que lo observen y lo cumplan”, opinó Chalco.

Lo mismo cree César Zea, excomisionado de la Defensoría del Pueblo: un proceso de concienciación entre los choferes y los usuarios para que se respete la movilidad de los adultos mayores y de las personas con discapacidad.

Y para ello, Zea explicó a El Mercurio que tendrán un acercamiento con la Cámara de Transporte de Cuenca. El objetivo es buscar los mejores consensos y soluciones para empezar a cambiar la realidad de quienes tienen complicaciones en usar el transporte público de Cuenca.

Los representantes de los jubilados estiman que en Cuenca hay por lo menos 66,000 adultos mayores.

De no haber una respuesta favorable se buscará a través del amparo de la Junta Cantonal de Protección de Derechos que se creen mensajes que sensibilicen a las personas.

Problemas

Desde hace un par de años, en Cuenca hay buses que cuentan con ascensores para las personas que se movilizan en silla de ruedas. XCA

A pesar de que el vehículo que maneja Ángel Segarra cuenta con ascensor para las personas con problemas en su movilidad, solo la ha utilizado dos veces. Que ese número sea ínfimo, cree el chofer, se debe a que las personas con discapacidad no sienten la confianza de subirse al bus.

“Yo creo que esto es cincuenta cincuenta. Uno tiene que cumplir con los horarios y está solo. No hay nadie que ayude a subir. La gente solo se queda viendo, y eso también tiene que cambiar”, opinó Segarra.

Diario El Mercurio trató de contactarse con la Cámara de Transporte de Cuenca para conocer sobre cómo está trabajando para dar las seguridades a las personas con discapacidad; sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta alguna. (AWM)-(I)