Familia Durán: medio siglo armando carros alegóricos para el Pase del Niño

Los carros alegóricos de la familia Durán forman parte del Pase del Niño.

Son las 21:32 del 22 de diciembre. El frío está para paspar la cara, pero a Patricio Durán y a su hijo Juan no les importa. Ya están acostumbrados. Lo que sí les importa es que las camionetas que les encargaron para convertirlas en carros alegóricos terminen bien.

Y para eso se necesita concentración y un poco de silencio de El Vado, el barrio que ha visto crecer a padre e hijo. El barrio que ha visto cómo sus manos habilidosas transforman un vehículo en un espacio que representa un hecho relacionado con el nacimiento de Jesús.

“Lo importante y lo más difícil es la estructura. También es lo más demorado. Hay que amarrar bien, tiene que quedar fijo para luego ponerle una base, luego las cortinas, las pinturas y los detalles”, explica Juan mientras amarra unos palos que cruzan la paila de una camioneta.

La habilidad que tiene Juan para darle forma a un carro alegórico provino de su padre, quien, a su vez, la obtuvo de su abuelo hace medio siglo.

En ese entonces, el abuelo de Patricio solía adornar los vehículos en los alrededores de la iglesia de El Carmen. No había mayor ciencia en ello, y, aun así, a la gente le gustaba.

Patricio también disfrutaba de cómo le daba color a los carros que desfilaban en una procesión llamada “Los Pasos” y en las pasadas del 24 de diciembre.

Ese arte fue absorbido por Patricio para después abrir un negocio que esté dedicado a armar los carros alegóricos.

“Desde que yo tenía cinco, seis años, ya armaba con mi abuelo los carros alegóricos. Y hoy sigo haciendo para la gente que participa en el Pase del Niño Viajero”, cuenta don Patricio Durán.

Es ya común ver, en la subida de El Vado, y en la víspera del 24 de diciembre, a Patricio, a Juan y un grupo de personas, moviéndose de un lado al otro, cargando y amarrando palos, acomodando telas de colores y colocando imágenes religiosas.

La confianza que le tienen a Patricio es tal, que hay personas que le confían sus vehículos por varios años.

“Por su experiencia y por el trabajo que hace le dejamos nuestro vehículo. Este año nos dio haciendo el censo de los niños. Y nosotros nos vamos a revestir de pastores para salir hoy, en el Pase del Niño Viajero”, dice Mauricio Suárez, quien lleva más de treinta años participando en la pasada del 24 de diciembre.    

Fe para armar

Patricio Durán no se hubiera dedicado a armar los carros alegóricos si no fuera por las enseñanzas de su abuelo y por la fe de las personas.

Sin la espiritualidad de la población, los carros alegóricos, que le dan color al Pase del Niño Viajero, no existirían.

“Yo pido que me den armando el carro alegórico porque el Niño me concedió un milagro en el 2017… Ahora nosotros compramos una camioneta que está exclusivamente para ser el carro alegórico en el Pase del Niño”, dice Vianca Asanza.    

Vianca también confió en el trabajo de Patricio, así como otras siete familias, quienes, ayer en la noche dejaron sus vehículos para que hoy, propios y extraños de Cuenca puedan disfrutar de los colores y las formas de los carros alegóricos que desfilarán en el Pase del Niño Viajero. (I)