Sin carreteras y sin paciencia

Entre los retratos que el reciente feriado de carnaval ha dejado, están las imágenes de las deplorables condiciones de las carreteras de la región que, en conjunto con los caprichos del clima, han sometido a los turistas a experiencias amargas y a los locales a inversiones frustradas.

Las carreteras, en otra hora orgullo de los resultados de gestión gubernamental y foco de las exageraciones propagandísticas, este momento son portadas de periódicos y videos viralizados por las peripecias de los vehículos, y por el tamaño de los montículos, piedras y cráteres.  Son objeto del hartazgo de una sociedad que ha tenido demasiada paciencia con sus gobernantes ante la falta de atención a una necesidad tan básica como es la de conectarse con los otros.  

La convocatoria que hace la presidenta de la Cámara de la Construcción, María Cristina García, de reunir en Asamblea a las fuerzas vivas de la región, recoge la indignación de un amplio sector de la sociedad que desde sus distintos espacios ha propuesto ideas, gestionado estudios, pero que sin la mirada del Estado no pueden encontrar resultados efectivos. Llevamos 30 años con intervenciones puntuales cuando lo que se requieren son medidas más definitivas que solucionen de una vez por todas los accesos desde y hacia Cuenca. 

En opinión de los expertos profesionales y académicos, se requieren analizar alternativas a eventuales cierres.  Al menos tres variantes se discuten ante las constantes interrupciones que sufre la Cuenca – Molleturo.  Es responsabilidad del Estado, prevenir y preparar la alternativa para que esté en óptimas condiciones si la vía principal sigue siendo presa fácil de los embates de la naturaleza y de los años.  

Al mismo tiempo hay que acelerar el proceso de una nueva construcción. El sueño de llegar en menos de tres horas a Guayaquil debe comenzar a plasmarse en estudios, en presupuesto real, en plazos específicos. No más versos de abril o noviembre. La convocatoria de este próximo 2 de marzo es un gesto simbólico para la ciudad y la región que se ha quedado sin carreteras y sin paciencia.