Un día para la poesía

Jorge Dávila Vázquez

En 1999, la UNESCO decidió consagrar una fecha, el 21 de marzo, como Día Mundial de la Poesía, separándolo del 23 de abril, Día Universal del Libro.

Les pareció a los teóricos, que la producción cultural ligada a la lírica y la épica, bien merecía tener su conmemoración autónoma.

Hubo razonamientos en cuanto a la edad de la poética, ligada en sus orígenes a la más remota antigüedad. Aparece en verso y en prosa, que no son, como dice por ahí alguna página “recursos literarios”, si no formas expresivas, de acuerdo con los contenidos de las obras; que tan pronto revelan sentimientos, sueños, evocaciones (lo lírico), como relatos de enfrentamientos bélicos, apasionamientos por una causa racial o bélica, cantos de homenaje a caudillos, generalmente enfrentados por pasiones políticas u odios ancestrales. La maravilla de la poesía, como toda la gran literatura, y el arte en su totalidad, proviene de Grecia. El viejo Homero, unos 8 o 9 siglos antes de Cristo, pintó poéticamente el enfrentamiento entre los primitivos griegos y los troyanos, personificados, especialmente, en Aquiles y Héctor;  en Ilíada; y el difícil retorno de Ulises u Odiseo a casa, luego de veinte años de ausencia, diez por la guerra de Troya, y diez por un viaje lleno de aventuras, en la primera “novela” de la historia, Odisea.

No hay acuerdo sobre la antigüedad de la lírica, pero parece un poco más tardía que la épica, y mientras esta expresaba sentimientos colectivos, aquella se ocupaba de lo personal, lo individual, lo íntimo.

Algunos autores hablan de Orfeo, el personaje mitológico, que encarna al amor perdido, reencontrado y vuelto a perder definitivamente como uno de los primeros líricos de la antigüedad, en cuyo caso el género sería mucho más arcaico que el épico.

La poesía lírica, desde sus primeras manifestaciones, aparece acompañada de música, justamente de la que producía la lira, de ahí su nombre.

Hay autores que ligan las primeras producciones griegas de esta clase a la poesía que produjeron los autores dramáticos; Esquilo, Sófocles y Eurípides, por la intensidad de sus formas expresivas y la revelación de los sentimientos más íntimos de los personajes en sus dramas. Pero dos de los nombres que ocupan lugar principalísimo en la poesía lírica de Grecia fueron Anacreonte y Safo.

¡Seguiremos! (O)