Liderazgo colectivo
La reciente «Gran Marcha por la Vialidad» constituye una ilustración palpable de la capacidad que posee la sociedad cuencana de organizarse en torno a objetivos comunes de gran preocupación e incidencia, sin recurrir a líderes personalizados, sino a liderazgos colectivos.
La iniciativa parte de la Asamblea Ciudadana por la Vialidad del Azuay, un conglomerado de más de 80 organizaciones de la sociedad cuencana que inició hace casi dos meses con una convocatoria realizada desde el sector de la construcción, encabezado por María Cristina García. Esta invitación tuvo rápida acogida en la academia con la rectora de la Universidad de Cuenca, María Augusta Hermida, debido a que la falta de conectividad compromete la presencia de más del 20% de los estudiantes provenientes de otras provincias, sin mencionar aquellos que residen en los cantones aislados por las malas condiciones viales.
Juan Pablo Vanegas, del gremio turístico, ha sido una voz persistente en este clamor colectivo, dado que los empresarios suelen realizar importantes inversiones para los días festivos, pero se ven frustrados por los frecuentes bloqueos en las carreteras, muchos de los cuales podrían resolverse más rápidamente si se asignara más presupuesto y se brindara una atención vial inmediata en casos de emergencia. Patricio Narváez, representante del sector transportista, también ha manifestado su inquietud por las pérdidas continuas en repuestos e insumos en un sector que ha visto duplicado el tiempo de traslado y la paralización de servicios por la falta de vías adecuadas.
Carlos Castro, Enrique Serrano, Fernando Cordero, José Jaramillo, José Brito y Sebastián Cevallos son algunos de los líderes detrás de esta movilización que, a pesar de la lluvia, el pasado jueves lograron unir sus voces en la “Gran Marcha por la Vialidad” en una demanda colectiva que reivindica, con dignidad, la necesidad de abordar las consecuencias del abandono gubernamental y el abuso del centralismo. Los datos confirman la gravedad de la situación. La ejecución presupuestaria gubernamental relacionada con la vialidad no supera el 6% a nivel nacional, y se suma a esto la falta de medidas concretas en materia de mantenimiento vial y planificación a mediano plazo para el desarrollo del sistema vial en el Austro. Somos la tercera provincia en aportes al Estado y ocupames un triste décimo primer lugar en atención en vialidad. Como decía un letrero en la marcha, hasta el Qapaq Ñan nos unía más…
La contundencia de una realidad lamentable ha permitido que la movilización de voluntades se genere no por un líder personalizado, sino en respuesta a una convocatoria amplia y diversa que reúne a personas con diferentes afiliaciones políticas en torno a un objetivo común: mejorar la conectividad en el Austro. Quizá lo que faltaba en Cuenca no era un cacique sino el acuerdo de voluntades a través de este liderazgo colectivo.