¿Preparados para El Niño?

Gonzalo Clavijo Campos

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) confirmó que El Niño Global ya se encuentra en curso e impactará a varios países del mundo con sequías y lluvias intensas. Según el pronóstico, este fenómeno se fortalecerá gradualmente hasta el mes de diciembre en Perú, Ecuador y Colombia.

Las copiosas lluvias caídas en estos días ocasionaron el desborde de siete ríos, incluido el Taoné, dejando bajo el agua a cuatro ciudades: Muisne, Esmeraldas, Atacames y Quinindé, con 15.000 damnificados, 3.600 viviendas con daños estructurales, vías y puentes destruidos, y 1.000 personas en albergues. Sin embargo, no hubo una respuesta adecuada por parte del Estado. La población se queja diciendo: ¡Ninguna autoridad del Gobierno ha llegado a las zonas del desastre. El presidente vio la situación desde un helicóptero y los ministros informan desde los despachos en Quito!

En Ecuador, a lo largo del siglo XX se han producido numerosos Niños con efectos traumáticos. Los más siniestros, en orden de magnitud, fueron: 1997-1998, 1982-1983, 1957-1958 y 1972-1973. Para 1982-1983, los daños superaron los US$ 650 millones, con efectos negativos en el crecimiento del PIB, disminución de exportaciones, aumento del déficit fiscal e inflación, afectando el bienestar de la población.

La evaluación del Niño 1982-1983 fue importante para planificar por el Gobierno Nacional las acciones del Niño 1997-1998, considerado el más fuerte del siglo. La CAF aprobó el «Programa global de prevención de desastres y atención de emergencias ocasionadas por el Fenómeno El Niño», el cual incluyó facilidades crediticias y cooperación técnica. La duración fue de 19 meses y con lluvias más intensas que en 1982-1983 y efectos devastadores. Sin embargo, podrían haber sido peores las consecuencias si el país no hubiera contado con una adecuada planificación y prevención para afrontarlo.

Preocupa sobremanera la falta de respuesta efectiva frente a las inundaciones en Esmeraldas en estos días. Los habitantes de Azuay y Cañar se preguntan: ¿Si la vialidad primaria en períodos climáticos normales está abandonada y se cae a pedazos, qué le pasará durante El Niño con lluvias de cuatro o cinco veces mayor en magnitud? (O)