Entusiasmo en el regreso del jugador Ángel Di María al Benfica

Miles de aficionados exultantes esperaron al argentino Ángel Di María en su reencuentro con el Benfica, club al que vuelve 13 años después con el sencillo propósito de ser "feliz". Foto EFE

Miles de aficionados exultantes esperaron al argentino Ángel Di María en su reencuentro con el Benfica, club al que vuelve 13 años después con el sencillo propósito de ser «feliz».

«Tuve muchas propuestas de muchos sitios, pero tuve la ilusión, las ganas y el entusiasmo de venir aquí, a casa otra vez, para sentirme feliz de nuevo», señaló Di María este jueves en un multitudinario acto público que dejó al extremo visiblemente emocionado.

Eran las 19.04 horas cuando «El Fideo» compareció en un balcón del Estadio da Luz, lo que provocó un tsunami de delirio entre los muchos seguidores, algunos incluso con camisetas y banderas de Argentina, que esperaban para ver a uno de sus ídolos.

Fue una presentación cargada de simbolismo. La hora de inicio hacía referencia al año de fundación del Benfica, 1904, y tuvo lugar cerca de la estatua de Eusébio, la mayor leyenda del equipo.

Tras varios minutos de ovaciones e incluso fuegos artificiales, Di María se dirigió al público y aseguró que volver es «algo único».

«Mis sentimientos son únicos, inigualables. Volver otra vez a mi casa, porque la siento como mi casa, es algo único», declaró.

Ángel Di María, de 35 años, firmó por el Benfica por una temporada y llegó libre tras una campaña en el Juventus de Turín.

Se especuló durante semanas sobre su futuro, que según medios locales e internacionales podría pasar por Arabia Saudí o el Inter de Miami de Leo Messi. El delantero confirmó que recibió propuestas, pero que el «corazón» habló más fuerte.

«Elegí con el corazón y nada más», señaló.

DE ROSARIO A LISBOA

El idilio de Di María con el Benfica se remonta a 2007, cuando el campeón portugués lo fichó al Rosario Central por seis millones de euros.

Llegó a Lisboa con sólo 19 años, a un equipo que atravesaba un periodo convulso, lo que se reflejó en su primer año.

En su segundo, el argentino gozó de más oportunidades a las órdenes del técnico español Quique Sánchez Flores, pero fue en el siguiente, bajo el mando de Jorge Jesus, cuando se convirtió en ídolo.

Su clase sobre el césped, así como sus 10 goles y 17 asistencias, propulsaron al Benfica a su primer título de Liga en cuatro años, lo que también despertó el interés de los grandes campeonatos europeos, y ese verano puso rumbo al Real Madrid.

GLORIA EUROPEA EN LISBOA

Fueron cuatro años de éxitos en la capital de España, pero fue en un regreso al Estádio da Luz de Lisboa donde Ángel Di María vivió su mejor momento como madridista.

Y es que fue la casa del Benfica la que acogió la final de la Liga de Campeones de 2014 entre Real y Atlético de Madrid, un duelo en el que el cuadro ‘blanco’ se llevó la Décima y en el que «El Fideo» fue considerado el mejor jugador.

El destino le devolvió a la Luz para otra final de ‘Champions’, en 2020 y con el PSG, pero en esta ocasión con una derrota ante el Bayern Múnich.

VOLVER A SENTIRSE «FELIZ»

La felicidad fue uno de los aspectos mencionados por el jugador argentino en su presentación por el Benfica, al que regresa tras un periodo infeliz en el Juventus.

Las lesiones, el cansancio de una larga temporada y los escándalos que rodearon el equipo terminaron por condicionar su estancia en Turín, pero ahora en Lisboa tendrá la oportunidad de recuperar no sólo la sonrisa sino también la forma habitual en el campo que no se le ha visto desde el triunfal Mundial de Qatar 2022.

Además del cariño de la afición, Di María encontrará en las ‘águilas’ al compañero en la ‘albiceleste’ Nicolás Otamendi, junto al estilo de juego ofensivo del técnico alemán Roger Schmidt que parece hecho a su medida.

Mientras arranca el curso, Di María ha dejado claro el objetivo del club, ser campeón.

«Es seguir trabajando, luchar por títulos, este año el Benfica ganó el 38º (de su historia) y que en el año que viene podamos seguir el mismo camino e intentar ganar el 39º», sentenció. EFE